Las clínicas de Acción contra el Hambre en Kabul y Badakhshan, obligadas a cerrar debido a los recortes de financiación de Estados Unidos, han reabierto gracias a la financiación de la Unión Europea.
Casi un año después de la oleada inicial de deportaciones, la expulsión de afganos de Pakistán ha dejado a miles de familias y niños en una situación desesperada.