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Yemen

Contexto humanitario

En Yemen, un frágil alto el fuego está en vigor desde abril de 2022, permitiendo algunas negociaciones diplomáticas entre las partes beligerantes. Sin embargo, la situación humanitaria sigue siendo catastrófica tras años de guerra civil. Más de 23 millones de personas, aproximadamente dos tercios de la población dependen de la ayuda humanitaria, especialmente niños y mujeres. 

El conflicto armado ha destruido infraestructuras y causado desnutrición aguda y enfermedades transmisibles, la escasez de combustible y la escasa atención médica. Yemen enfrenta desafíos críticos en el acceso a la atención y los suministros médicos.

648980

BENEFICIARIOS

321

trabajadores

200000

NUTRICIÓN

176000

SEGURIDAD ALIMENTARIA Y MEDIOS DE VIDA

12

EXPATRIADOS

309

NACIONALES

Nuestra actividad

En Yemen, Acción contra el Hambre trabajó para mejorar la salud y el estado nutricional de poblaciones vulnerables. Para ello reforzó la calidad y el acceso a los servicios de atención primaria y nutrición en los centros de salud y ofreció sus equipos móviles, lo que incluyó suministrar medicamentos, equipos médicos y formación. También prestó servicios de atención primaria y promovió programas de salud reproductiva y vacunación, así como de detección y tratamiento de la malnutrición aguda moderada y grave en niños menores de cinco años, mujeres embarazadas y madres lactantes. 

Acción contra el Hambre rehabilitó además infraestructuras sanitarias e instalaciones de gestión de residuos médicos y apoyó la construcción de fuentes de agua comunitarias que garantizasen el acceso a agua limpia y saneamiento en centros de salud y comunidades vulnerables. También apoyó prácticas de cuidado y de alimentación de bebés y niños pequeños.

DÓNDE
AYUDAMOS

Ayudamos a 24,5 millones de personas anualmente. Trabajamos en 55 países de África, Asia, América Latina y Europa, los más amenazados por el hambre.

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TESTIMONIOS

AHLAM: "ES COMO SI ESTUVIÉRAMOS ATRAPADOS EN UN CICLO INTERMINABLE DE DESESPERACIÓN E IMPOTENCIA"

Cada día, Ahlam y su hija de 15 años se levantan a las 5 de la mañana y cogen un autobús que les lleva a la granja donde trabajan. Reciben 1.200 riales, aproximadamente 1 dólar, por cuatro horas de duro trabajo bajo el sol, aunque este salario a menudo llega con retraso. Ahlam se ve obligada a dejar a sus otros hijos al cuidado de su hija de 9 años. Las preocupaciones la acompañan durante todo el día: “Empiezo a imaginar los peores escenarios que les podrían pasar en casa. Podrían ir y abrir el gas e intentar jugar con cerillas y quemarse, o podrían abrir la puerta, salir de casa y perderse”.

Debido al constante aumento de los precios, las familias no pueden asegurar la compra de alimentos, y en muchas ocasiones se endeudan para poder conseguirlo. Todo el dinero que ganan se destina a saldar deudas de meses anteriores y a pagar el alquiler. La historia de Ahlam muestra este círculo vicioso interminable de deudas e incertidumbre sobre el futuro.

Ahlam nos cuenta que no puede preparar tres comidas al día. Por la mañana, elabora pan con harina proporcionada por una organización que ayuda a desplazados internos. Los niños lo acompañan con té. Para el almuerzo, compra patatas y okra, y rara vez puede permitirse comprar pescado. “Si me queda dinero, compro espaguetis. Se los cocino a mis pequeños como sorpresa. ¡Les encanta! Cuando veo la alegría en sus caras, me da energía para empezar un nuevo día”, relata Ahlam. Un día – recuerda Ahlam con lágrimas en los ojos – sólo tenía 500 riales, el equivalente a 50 céntimos. Pudo comprar una pequeña bolsa de arroz para alimentar sólo a los niños más pequeños. “Fue una decisión muy difícil de tomar. Les dije que lo sentía... y que mañana iba a intentar hacerlo mejor”.

El testimonio de Ahlam ilustra el miedo a no poder enfrentar la alimentación de sus hijos, lo que provoca ataques de ansiedad en los padres. "Es como si estuviéramos atrapados en un ciclo interminable de desesperación e impotencia. En cuanto a la felicidad, solo llega en pequeñas dosis", explica Ahlam. La inestabilidad laboral y la volatilidad del mercado no permiten que las familias planifiquen gastos ni acumulen reservas. Los desplazados internos viven en casas sin agua ni electricidad y pagan un alquiler mensual inalcanzable.

Yemen sigue siendo la crisis humanitaria más grave en todo el mundo. Esta situación surge de un conflicto armado extremadamente violento que se agravó hace siete años, provocando la muerte y las lesiones de decenas de miles de civiles y causando un sufrimiento inmenso al pueblo yemení. En la actualidad, el país enfrenta la difícil realidad de tener casi 4 millones de personas desplazadas internamente, y miles de civiles han perdido la vida o han sufrido heridas como resultado de este conflicto.

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