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Afganistán

Contexto humanitario

Cuarenta años de conflictos, catástrofes naturales recurrentes, pobreza crónica, sequías encadenadas y la pandemia COVID-19 han dejado a más de 24 millones de personas en Afganistán necesitadas de ayuda humanitaria. La agitación política ha exacerbado las necesidades y complicado aún más un contexto operativo extremadamente difícil, recrudeciendo una crisis humanitaria sin precedentes. 

Mientras, las restricciones a la participación en la vida pública a las mujeres y niñas afganas no han hecho más que aumentar desde el verano de 2021, incluyendo barreras a sus derechos a una educación, un trabajo y el libre movimiento.

Alrededor de 17,2 millones de personas en Afganistán, el 40 % de la población, sufre altos niveles de inseguridad alimentaria aguda (fase 3 o 4 del IPC1). Además, el encadenamiento de varias sequías ha puesto en mayor riesgo el acceso a agua potable en un país en el que solo la mitad de la población urbana puede obtener este recurso de forma segura.

1 IPC, abril 2023.

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BENEFICIARIOS

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trabajadores

Nuestra actividad

Acción contra el Hambre trabaja en Afganistán a través de proyectos multisectoriales, poniendo especial énfasis en atender a aquellas personas que requieren apoyo sanitario y nutricional. En su lucha contra el hambre y su apuesta por mejorar los medios de vida, Acción contra el Hambre distribuyó dinero en efectivo a 46 000 familias para comprar alimentos, así como vales de comida, kits de supervivencia para el invierno y paquetes agrícolas y ganaderos con semillas, fertilizantes, insumos agrícolas, ganado y forraje. 

Para mejorar el acceso al agua potable y la higiene, construimos o rehabilitamos infraestructuras destinadas al agua, saneamiento e higiene en 58 centros de salud, así como puntos de agua, fuentes y letrinas. Además, distribuimos kits de higiene y de agua, que incluyen filtros de agua y pastillas potabilizadoras.

DÓNDE

AYUDAMOS

Ayudamos a 24,5 millones de personas anualmente. Trabajamos en 55 países de África, Asia, América Latina y Europa, los más amenazados por el hambre.

PUBLICACIONES

TESTIMONIOS

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KHAN MOHAMMAD VIVE EN KABUL DESDE HACE 8 AÑOS JUNTO A SU MUJER Y SUS 3 HIJOS Y 2 HIJAS

en la casa de uno de sus hermanos, quien ha prestado a la familia una habitación con baño.

En invierno no tenemos mucha electricidad, y el tiempo es tan frío y la madera tan cara que no siempre podemos permitírnoslo, pero tenemos un calefactor y todo el mundo viene a esta habitación a calentarse. En cuanto al agua, sólo tenemos un pozo, aquí en nuestra casa. La bebemos, lavamos la ropa y también la utilizamos para otras necesidades. Nos trasladamos de Paktia a Kabul porque en Paktia no había oportunidades de trabajo. En primavera todavía se está bien, pero en invierno ni siquiera encontramos suficiente comida.

Hace dos años que Khan Mohammad no tiene un trabajo fijo, a pesar de que las oportunidades en Kabul parecían mejores. Antes era conductor, lo que le permitía cubrir mantener a su familia y comprar medicinas. Su hijo más joven, Arfanullah, comenzó a perder peso de forma preocupante dos meses después de nacer. A pesar de no haber tenido problemas en los otros embarazos, Babri, su madre, no producía suficiente leche para alimentar a Arfanullah y, además, estaba enferma pero no podía permitirse el tratamiento. Eso la llevó a dejar de dar el pecho al bebé, lo que tuvo un efecto negativo sobre la salud y el desarrollo del pequeño.

Al verle enfermar, sus padres le llevaron a la clínica local, donde le dijeron que, aunque el niño perdía peso y sufría fiebres y diarrea, no tenia malnutrición. Este diagnóstico incorrecto retrasó su tratamiento pero una vez que llevaron a Arfanullah a la unidad de alimentación terapéutica de Acción contra el Hambre en Kabul, el niño fue diagnosticado de malnutrición e ingresado durante 11 días, en los que se recuperó gracias a la leche terapéutica, así como la capacitación sobre nutrición y alimentación que recibieron sus padres.