Este tipo de actividades atacan directamente las causas subyacentes del déficit en la producción de alimentos y consisten en la mejora en el acceso a los recursos para la producción agrícola.
Actividades generadoras de ingresos permiten mejorar el poder adquisitivo, así como fortalecer los medios de vida, de aquellas familias, rurales o urbanas, que no consiguen garantizar su seguridad alimentaria.