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Guatemala cabecera

Guatemala

Contexto humanitario

Guatemala se enfrenta a múltiples problemas: entre ellos, el crimen organizado, el narcotráfico, la falta de oportunidades educativas y el acceso limitado al agua potable y al saneamiento básico. Además, los ingresos en el país latinoamericano están muy desigualmente distribuidos. Más de la mitad de la población gana tan poco que la alimentación básica no está suficientemente asegurada. El escaso progreso económico de las tres últimas décadas se vio completamente frenado por la pandemia de la COVID-19.  

Más del 58% de los niños de origen indígena están afectados por la desnutrición, mientras que la tasa para el conjunto de la población es del 47%. Esto significa que casi uno de cada dos niños menores de cinco años sufre desnutrición crónica. Se trata de una de las tasas más altas de toda la región. Además, el acceso a la atención médica es extremadamente difícil. 

40730

BENEFICIARIOS

 

68

TRABAJADORES

20000

SEGURIDAD ALIMENTARIA Y MEDIOS DE VIDA

2000

PREVENCIÓN DE DESASTRES

1

EXPATRIADO

67

NACIONALES

Nuestra actividad

Según el análisis de inseguridad alimentaria efectuado por instituciones nacionales e internacionales partícipes de la Clasificación Integrada en Fases (CIF) publicados en Guatemala en junio de 2023, entre septiembre de 2023 y febrero de 2024, el 2% de la población guatemalteca se encontraría en Fase de Emergencia (4), lo que representa 323 000 personas, y más de 2,7 millones (16% de la población) en Fase de Crisis (3). Entre los departamentos con mayor población en inseguridad alimentaria (Fases 3 o 4) se encuentran Alta Verapaz (34%), Chiquimula (25%), Huehuetenango (23%) y Quiché (21%).

En Guatemala, en coordinación con UNICEF y el Ministerio de Salud, contribuimos a que las personas con mayor vulnerabilidad alimentaria de Chiquimula, Huehuetenango y Alta Verapaz accedieran a los servicios básicos que proporcionaban las brigadas móviles de salud y nutrición, una intervención multisectorial enfocada en la prevención y reducción de la desnutrición crónica y en la detección de la desnutrición aguda.  

En colaboración con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Ministerio de Salud Pública iniciamos la atención nutricional de la población en situación de movilidad en el municipio de Esquipulas, Chiquimula, con equipos móviles, mientras hemos podido responder a las necesidades en seguridad alimentaria de en Chiquimula y Huehuetenango gracias a fondos europeos (ECHO)  

 En el departamento de Sololá, a través del programa financiado por el Fondo de Cooperación para el Agua y Saneamiento de la Cooperación Española, hemos logrado garantizar el derecho humano al agua y al saneamiento, alcanzando mejoras en 13 municipios, 120 comunidades, 71 escuelas y 25 servicios de salud.  

Finalmente, queremos destacar la importancia del trabajo que hemos realizado con transferencias monetarias multipropósito y actividades de recuperación económica efectuadas en un proyecto compartido entre Guatemala y Honduras, financiado por la agencia estadounidense de asistencia humanitaria (BHA).

DÓNDE
AYUDAMOS

Ayudamos a 24,5 millones de personas anualmente. Trabajamos en 55 países de África, Asia, América Latina y Europa, los más amenazados por el hambre.

TESTIMONIOS

MARILY: "ES MUY TRISTE VER EL IMPACTO SIGNIFICATIVO QUE LA DESNUTRICIÓN TIENE EN EL DESARROLLO DE LOS NIÑOS"

Guatemala vive actualmente una de las peores sequías. La sequía causada por "El Niño", junto con las pérdidas causadas por la oxidación del café, ha llevado a una disminución en la producción agrícola, afectando la principal fuente de ingresos de las familias a lo largo del Corredor Seco de Guatemala.

La mayoría de los pequeños agricultores han perdido entre el 75 y el 100% de sus cultivos; como resultado, la seguridad alimentaria de las poblaciones vulnerables ha empeorado gravemente y viven en niveles de subsistencia.

Marily, de 23 años, está embarazada de siete meses y trabaja como asistente de enfermería en San Miguel, en la región de Chiquimula. Cuando a Marily se le diagnosticó un embarazo de alto riesgo, su empleador (el gobierno) no le concedió licencia de maternidad hasta el día en que dio a luz. "Después de una cesárea, tienes tal vez un mes para recuperarte".

Se despierta todas las mañanas a las 5 de la mañana y camina al trabajo al amanecer, llevando consigo un pequeño refrigerador cargado de vacunas a lo largo de un camino sinuoso de subidas y bajadas hasta llegar al punto de recogida. Después de media hora de baches en un camino de tierra que sube por la montaña, Marily y otras dos enfermeras llegan a San Miguel, dirigiéndose al centro de salud donde trabajan. El centro de San Miguel es un sencillo cobertizo donde atienden diariamente a la población indígena Maya Chortí, que vive en condiciones de extrema pobreza y que, de otra manera, no podrían acceder a la atención médica básica.

Marily no se detiene en su lucha por ayudar a quienes más lo necesitan. "Es muy triste ver el impacto significativo que la desnutrición tiene en el desarrollo de los niños e incluso en el desarrollo de mi país, ya que esta enfermedad reduce la capacidad intelectual, de aprendizaje y productiva de las nuevas generaciones", explica Marily. De hecho, el 73% de toda la población de Guatemala no tiene cobertura médica y el 53% tiene ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades nutricionales.

Los programas de Acción contra el Hambre en el Corredor Seco se enfocan en brindar ayuda alimentaria a las familias en situaciones de crisis, especialmente durante los meses críticos conocidos como la "brecha de hambre" o "temporada de hambre", que abarca de mayo a agosto. Además, se busca fortalecer a los actores locales clave en la zona.

"Por eso la colaboración entre el gobierno y Acción contra el Hambre es muy importante: juntos coordinamos acciones para guiar estrategias alimentarias y nutricionales en los sectores más vulnerables", detalla Marily.

La asistencia alimentaria se materializa mediante transferencias monetarias distribuidas en tres pagos a lo largo de la temporada de escasez, según el tamaño de cada familia. Después de cada entrega de fondos, se lleva a cabo un seguimiento para evaluar el impacto de la ayuda en los indicadores de acceso a alimentos y consumo.

De manera análoga, en la región de Chiquimula se implementa un programa de detección destinado a identificar a niños con desnutrición crónica y a menores de 5 años con desnutrición aguda. Los casos detectados son referidos al centro de salud correspondiente, donde se realiza un monitoreo continuo para garantizar un seguimiento adecuado.

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