Contexto humanitario
Las prolongadas sequías de Kenia han provocado una crisis alimentaria y nutricional cada vez más grave. Cinco temporadas consecutivas de lluvias escasas han agotado los pastos, reducido la disponibilidad de agua y alimentos y aumentado los enfrentamientos por los recursos.
El número de personas que pasan hambre y necesitan ayuda humanitaria creció de 3,5 millones a 4,4 millones en 2022. De ellas, 800 000 estaban al borde de la hambruna. Se calcula que 970 000 niños menores de cinco años y 142 000 mujeres embarazadas y lactantes estaban desnutridos y necesitaban tratamiento para poder salvar su vida.
BENEFICIARIOS
trabajadores
NUTRICIÓN
AGUA, SANEAMIENTO E HIGIENE
EXPATRIADOS
NACIONALES
Nuestra actividad
En 2022, Acción contra el Hambre ayudó a 74 070 personas a acceder a servicios sanitarios y nutricionales esenciales. Trabajamos junto al Ministerio de Sanidad y otras organizaciones para fortalecer el sistema de salud, apoyar a los voluntarios sanitarios y proporcionar productos nutricionales básicos. Mejoramos el acceso al agua potable mediante la reparación de fuentes de agua en comunidades afectadas por la sequía.
También brindamos artículos de higiene y capacitamos en prácticas de higiene y saneamiento seguro. Para combatir el hambre en las zonas más afectadas por la sequía, entregamos ayuda alimentaria y vales en efectivo, protegiendo los medios de vida y tratando a los animales enfermos.
Además, capacitamos a más de 5 200 mujeres en técnicas agrícolas climáticamente inteligentes para que puedan cultivar alimentos nutritivos en casa y generar ingresos. En 2022, lanzamos un programa financiado por S.E. el jeque Than Bin Abdullah Bin Thani Al-Thani para abordar la desnutrición y el hambre en Kenia y Somalia.
DÓNDE
AYUDAMOS
Ayudamos a 24,5 millones de personas anualmente. Trabajamos en 55 países de África, Asia, América Latina y Europa, los más amenazados por el hambre.
TESTIMONIOS
EMILY: "ESTOY ORGULLOSA DE MÍ MISMA POR HABER TOMADO LA INICIATIVA DE LLEVAR A MI BEBÉ AL CENTRO DE SALUD"
Emily vive en West Pokot, una zona donde las graves sequías hacen que la comida y el agua sean extremadamente escasos. Cuando Hebron, el bebé de Emily, tenía nueve meses, enfermó gravemente. Emily recorrió a pie las dos horas de distancia, que separan su casa del centro de salud respaldado por Acción contra el Hambre. "Mi bebé estaba muy mal. Si no lo hubiera llevado al centro de salud, incluso podría haber muerto", explica Emily.
Al llegar al centro de salud, Emily se encontró con muchas otras madres que también habían llevado a sus bebés en busca de atención médica. "Cuando comencé a darle otros alimentos, surgió un problema... No tenía suficiente comida ni suficiente leche", cuenta Emily. "Mi bebé estaba siempre enfermo. Empezó a ponerse débil y a adelgazar porque no teníamos suficiente comida para darle, lo que me preocupaba mucho."
"La primera vez que fui al centro de salud, me enteré de que sufría de malaria y tifoidea. La razón principal era la falta de alimentos, especialmente leche. No teníamos”, explica Emily. Hebron sufría desnutrición y otras enfermedades que le impedían retener los nutrientes de la escasa comida que ingería. Para familias como la de Emily, que no tienen acceso a ingresos suficientes, agua potable o una alimentación adecuada, no es fácil criar niños saludables y bien alimentados. "Teníamos algunas vacas también, pero casi todas las vendimos para pagar la matrícula de nuestros hijos, y nuestra última vaca murió debido a la sequía", detalla Emily.
Al llegar al centro de salud, "Hebron recibió tratamiento intravenoso", explica Emily. Poco a poco, Hebron recuperó fuerzas y fue dado de alta. Emily se aseguró de darle seguimiento y administrarle suficiente Plumpy'Nut, una pasta de maní utilizada para tratar la desnutrición. Con su bebé en la espalda, baja regularmente por la montaña rocosa donde vive con su familia, un viaje de dos horas bajo el calor, para obtener lo que Hebron necesita para recuperarse por completo.
"Estoy orgullosa de mí misma por haber tomado la iniciativa de llevar a mi bebé al centro de salud. Si no lo hubiera hecho, Hebron podría no estar aquí hoy", dice Emily mientras Hebron se despierta lentamente. "Hay mujeres que abandonan. De hecho, hoy faltan algunas. Algunas mujeres no vienen lo suficiente... Aunque esté lejos, es muy importante venir."
Según su madre, Hebron parece estar más saludable y juega mucho más que antes. Ahora que está mejor, Emily puede volver a enfocarse en sus sueños para su hijo.
"Me siento muy feliz de ser madre, especialmente cuando veo que mis hijos crecen y están bien", expresa Emily. "Cuando Hebron sea mayor, quiero inscribirlo en la escuela. Quiero ayudarlo a ir a la universidad para que pueda conseguir un buen trabajo y regresar a ayudarnos."