Una sequía récord y el aumento de los conflictos amenaza al cuerno de África
MÁS DE 13 MILLONES DE PERSONAS SE ENFRENTAN A UNA GRAVE INSEGURIDAD ALIMENTARIA EN ETIOPÍA, SOMALIA Y KENIA. LA REGIÓN ESTÁ EN CAMINO DE VIVIR LA CUARTA TEMPORADA SIN LLUVIAS.
El acceso a los alimentos en la región ha disminuido y se espera que continúe disminuyendo a medida que las comunidades se dirigen a lo que se pronostica que será, la cuarta temporada consecutiva sin lluvias. Como resultado, al menos 13 millones de personas en Etiopía, Kenia y Somalia enfrentan una grave inseguridad alimentaria, un aumento de cinco millones de personas desde noviembre de 2021.
"En algunos de nuestros centros de estabilización nutricional están ingresando un número tres veces mayor de niños con la forma más grave de desnutrición en comparación con hace unos meses. Nuestros equipos están trabajando para ayudar a las familias a hacer frente a esta crisis. Les asistimos con tratamientos nutricionales, dinero en efectivo y programas de acceso al agua, pero los fondos con los que contamos son completamente insuficientes en un 98%, por lo que nos queda un trabajo ingente que realizar", señala Ahmed Khalif, Director de País de Acción contra el Hambre en Somalia. "La sequía podría obligar a más de 1,4 millones de somalíes a abandonar sus hogares en busca de agua y alimentos, lo que ya está llevando a un conflicto por los pocos recursos que quedan".
En toda la región, los recursos de alimentos, agua e higiene se vuelven más escasos cada día. En Kenia, más de cuatro millones de personas necesitarán asistencia debido a la sequía y 600.000 niños menores de cinco años ya sufren de desnutrición aguda. Se estima que un millón de cabezas de ganado ya han muerto.
"A medida que aumenta la necesidad, la violencia aumenta a medida que las personas se encuentran en conflicto por la escasez de alimentos y agua", comenta Jemimah Khamadi, directora interina de Acción contra el Hambre para Kenia. "Estamos trabajando para implementar planes para la gestión sostenible del agua, pero eso requiere recursos adicionales".
"Las crisis alimentarias en todo el mundo nos han enseñado que la acción temprana salva vidas y dinero. En este momento, necesitamos un enfoque colectivo en este sentido para evitar el peor de los casos", dijo Maalim. "Lo que está en juego no tiene precedentes. Si algo no cambia, la hambruna estará en el horizonte. Ahora es el momento de que los donantes se pongan de pie antes de que sea demasiado tarde".