Luciana es la viva imagen de la vocación sanitaria, sin embargo, no siempre ha tenido fácil dedicarse a ello. Tras dejar su país natal, Guinea Bissau, a los 17 años para ir a Italia a estudiar, Luciana tuvo que enfrentar muchas barreras.
La historia de Cecilia y su familia es una historia de nuevos comienzos, de segundas oportunidades y del deseo de un final con el que poder devolver todo lo recibido.
“Llegué a instalarme en la casa de mi abuela y decidí que no me quería ir. Quería vivir aquí, rodeada de naturaleza, sin el ruido de todos los coches… Tenía que buscar la manera de quedarme”,