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Chad

Contexto humanitario

Durante el año 2022, el Chad experimentó fuertes impactos por el cambio climático, lo cual resultó rápidamente de escasez en la región del Sahel, seguido de inundaciones históricas. Más de 6,1 millones de personas sufrieron inseguridad alimentaria y, de ellas, 2,1 millones se vieron gravemente afectadas.

En el Chad, Acción contra el Hambre siguió actuando en distintos ámbitos a través de todos sus programas. En cuanto a nutrición y salud, la organización aplicó una combinación de enfoques de emergencia, apoyo y refuerzo del sistema sanitario. Se desarrollaron proyectos para poblaciones urbanas y rurales, así como para desplazados, mediante intervenciones de cura y prevención a gran escala.

En cuanto a seguridad alimentaria y medios de vida, Acción contra el Hambre ayudó a las personas más vulnerables con programas alimentarios, apoyo al pastoreo en las provincias del Sahel, refuerzo de los medios de vida y de desarrollo agrícola –por ejemplo, en horticultura y en cultivos de secano (es decir, aquellos que dependen de los ciclos anuales de lluvias)–. Estos programas ayudaron a las comunidades a hacer frente a la hambruna, derivada de una temporada de escasez que afectó al pastoreo y a la agricultura, y reforzaron al mismo tiempo su capacidad de resiliencia ante las crisis.

Tanto en las estructuras sanitarias a las que apoyó como en las comunidades, Acción contra el Hambre siguió incluyendo sistemáticamente intervenciones relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene. Aplicó este principio en las actividades que desarrolló para combatir la malnutrición, suministrar agua potable y mejorar la higiene y el saneamiento en las comunidades y poblaciones desplazadas por la crisis de seguridad en las regiones de Lac y del sur, el conflicto intercomunitario en el vecino Camerún y las inundaciones. En el norte de Kanem, Acción contra el Hambre también llevó a cabo un proyecto que implicó desarrollar infraestructuras de agua, saneamiento e higiene.

En 2022, Acción contra el Hambre formó a 300 líderes de comunidades para que pudieran prestar primeros auxilios psicológicos a personas afectadas o heridas por los desastres. Además, 30 enfermeros y tres médicos recibieron formación sobre el Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental (MHGAP, por sus siglas en inglés) con el fin de que pudieran gestionar mejor los trastornos mentales que se dan entre la población cuando hay situaciones de emergencia.

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Nuestra actividad

Acción contra el Hambre desempeña un papel fundamental en el Chad al abordar la nutrición, la salud y la seguridad alimentaria. A través de programas integrales, se brinda atención de emergencia y apoyo al sistema sanitario en áreas urbanas y rurales, incluyendo a desplazados. Se implementan proyectos para fortalecer los medios de vida y la agricultura, como la horticultura y los cultivos de secano. 

Además, se prioriza el agua, el saneamiento y la higiene tanto en estructuras sanitarias como en comunidades afectadas por la crisis, los conflictos y las inundaciones. Capacitamos a líderes comunitarios y profesionales de la salud en primeros auxilios psicológicos y en la gestión de trastornos mentales durante situaciones de emergencia. Con estas acciones, Acción contra el Hambre demuestra su compromiso con mejorar la resiliencia de las comunidades frente a las crisis.

DÓNDE
AYUDAMOS

Ayudamos a 24,5 millones de personas anualmente. Trabajamos en 55 países de África, Asia, América Latina y Europa, los más amenazados por el hambre.

PUBLICACIONES

TESTIMONIOS

KHADIJA: "LA SALUD DE MI NIETA ES MUCHO MEJOR QUE ANTES. DESDE QUE TOMÓ LA MEDICINA, ESTÁ MUCHO MEJOR"

La República de Chad, sin acceso al mar, recibe su nombre de su lago. Extendiéndose a lo largo del centro de la árida y severa región del Sahel, esta fuente de agua, que se está reduciendo rápidamente, abastece de agua a 30 millones de personas en Chad y en los países circundantes: Libia, Sudán, la República Centroafricana, Camerún, Nigeria y Níger.

Khadija tiene 38 años. Está cuidando a su nieta de dos años, Fatime, mientras su hija, la madre de Fatime, espera dar a luz a su segundo hijo.

Tan pronto como notó que la pequeña Fatime estaba enferma, emprendió el viaje de una hora hacia el pueblo más cercano con un hospital. Los desplazamientos entre pueblos, especialmente en regiones rurales, pueden ser desafiantes y costosos pero Khadija no dudó un segundo. “He agotado mis conocimientos", explica Khadija. "Nuestros ancestros nos dieron tratamientos tradicionales. Si un bebé tiene fiebre alta, se le cubre con una toalla empapada en agua fría y se le dan medicinas tradicionales como aceite de manteca con leche... nada funcionó. Por eso la llevé al hospital", cuenta Khadija.

Cuando llegó al hospital del pueblo, la derivaron al Centro de Salud de Mao. El Centro de Salud de Mao es uno de los muchos centros de nutrición financiados por Acción contra el Hambre en Chad que están marcando la diferencia. Al llegar a este centro de salud, y tras el largo camino recorrido hasta llegar a Mao, todo cambió para Khadija y Fatime. El equipo del centro atendió rápidamente por desnutrición a Fatime. Cuando un niño gravemente desnutrido entra por sus puertas, puede recibir tratamiento y recuperarse por completo en un plazo de seis a ocho semanas.

Los trabajadores de salud comunitarios diagnosticaron rápidamente a Fatime con desnutrición aguda severa, la forma más grave y amenazante de hambre, y comenzaron su tratamiento de inmediato. "La salud de mi nieta es mucho mejor que antes. Desde que tomó la medicina, está mucho mejor".

En 2017, la extrema violencia que afectó a civiles provocó un desplazamiento generalizado. Los refugiados y solicitantes de asilo que huían de la violencia en países vecinos solo aumentaron la presión sobre la debilitada economía de Chad. Después de nueve años de violencia y con el impacto adicional del cambio climático y la pobreza, asombrosamente, 11 millones de personas enfrentan una grave escasez de alimentos en la región del lago Chad. En Acción contra el Hambre estamos gestionando centros de nutrición destinados a niños menores de cinco años y mujeres embarazadas. Hemos suministrado alimentos de emergencia y suplementos nutricionales a personas en riesgo de desnutrición grave que pone en peligro sus vidas, para que niños como Fatime puedan recibir el tratamiento que necesitan con urgencia para sobrevivir.

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