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Kurdistan Cabecera

Irak

Contexto humanitario

Cinco años después de que terminasen los combates contra el Dáesh, y a pesar de que se han registrado algunos avances positivos, la inseguridad sigue reinando en Irak, donde hay 2,5 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria. La erosión de la cohesión social nacional, el incompleto restablecimiento de los servicios básicos y medios de vida, el cambio climático, el creciente estrés hídrico y el riesgo cíclico de epidemias de cólera ponen en jaque la frágil estabilidad del país.

470230

BENEFICIARIOS

15

trabajadores

300000

Agua, Saneamiento e Higiene

200000

SEGURIDAD ALIMENTARIA Y MEDIOS DE VIDA

7

EXPATRIADOS

8

NACIONALES

Nuestra actividad

Acción contra el Hambre rehabilitó sistemas de suministro de agua potable en escuelas y ayudó a las autoridades locales a detectar fugas en redes de agua comunitarias. También puso en marcha una herramienta participativa para analizar los riesgos de estrés hídrico, realizó consultas a las comunidades para reforzar las normas medioambientales y siguió concienciando a la población y a las autoridades sobre buenas prácticas de higiene y gestión del agua. 

Nos comprometimos con los agricultores a promover una agricultura resistente al cambio climático y a la escasez de agua, y apoyamos a los hogares desplazados vulnerables mediante transferencias de efectivo que contribuyeran a cubrir sus necesidades. También nos esforzamos por reactivar la economía local, apoyando a las pequeñas empresas con subvenciones y formando a los propietarios para que sus negocios pudieran prosperar. 

Con el fin de reducir el estigma y los tabúes que rodean el acceso a la salud mental, Acción contra el Hambre proporcionó servicios directos y formación en salud mental, apoyo psicosocial y protección a las comunidades. También trabajamos para reforzar la cohesión social, analizando la dinámica de los conflictos para dar respuestas adaptadas a las necesidades de las comunidades. 

DÓNDE
AYUDAMOS

Ayudamos a 24,5 millones de personas anualmente. Trabajamos en 55 países de África, Asia, América Latina y Europa, los más amenazados por el hambre.

ACTUALIDAD

PUBLICACIONES

TESTIMONIOS

EN NINEWA, EN EL NORTE DE IRAK, MUCHAS PERSONAS SUFREN TRANSTORNOS MENTALES Y PSICOSOCIALES TRAS DÉCADAS DE CONFLICTO Y DESPLAZAMIENTO.

 Casi una quinta parte de los desplazados que viven fuera de los campos declaran padecer trastornos psicosociales. Entre los síntomas más comunes están el aislamiento, las dificultades para afrontar sus emociones, pero también mayores tasas de suicidios, violencia doméstica y divorcios. El estrés, la ansiedad y la violencia de género, en particular, siguen siendo importantes entre los desplazados, los retornados y los refugiados. Sin embargo, la atención de salud mental no está muy extendida: la mayoría de los centros de salud no ofrecen estos servicios y la salud mental no forma parte de los planes de estudios del personal sanitario.

En 2022, Acción contra el Hambre llevó a cabo campañas de sensibilización en la zona para fomentar la aceptación y la concienciación salud mental. Se invitó a participantes de organizaciones locales de la sociedad civil y equipos de voluntarios a sesiones de sensibilización, centradas en la aceptación de los problemas de salud mental, la violencia de género, la protección de la infancia y las vías de derivación existentes para los supervivientes.

Abdul Karim, de 27 años, participó en una de estas formaciones básicas sobre salud mental, apoyo psicosocial y protección impartida por Acción contra el Hambre, centrada en la derivación de casos de violencia de género y protección infantil a una atención adecuada. En esta comunidad, Abdul Karim considera que la falta de concienciación en torno a la salud mental es un obstáculo importante para las familias desplazadas y retornadas que intentan retomar sus vidas. En concreto, "el estigma sobre la salud mental y el miedo de la comunidad debido a la falta de información sobre los problemas de salud mental" impide a muchos miembros de la comunidad acceder a la ayuda, ya que temen ser humillados o rechazados si piden ayuda. Destaca la ausencia de centros de salud especializados que ofrezcan servicios adecuados de salud mental.

La formación proporcionó a Abdul Karim mayores conocimientos sobre las consecuencias de la violencia de género, como los riesgos de suicidio y adicción, así como sobre las derivaciones y opciones de apoyo existentes para las supervivientes. Dijo que comprendía mejor las presiones y los retos a los que se enfrentan los supervivientes. "Después de la formación, pude sensibilizar a otros miembros de mi comunidad. Muchos carecían de conocimientos sobre salud mental, por lo que los conocimientos que les proporcioné les ayudaron a concienciarse", afirma Abdul Karim. Cree que el apoyo prestado por Acción contra el Hambre sigue reflejándose en su vida diaria: "Comparto toda esta información con mi familia, doy consejos a mis amigos y les ayudo a entender la salud mental y cómo afecta directamente a nuestras vidas".

Unas semanas después de la formación, recuerda que organizó una sesión de concienciación en su comunidad para fomentar la aceptación y el acceso a los servicios de salud mental que tanto se necesitan. "Había una chica de 22 años con síntomas depresivos y pensamientos suicidas", describe. Gracias a sus conocimientos adquiridos sobre salud mental y vías de derivación que adquirió durante la formación, Abdul Karim pudo derivarla a uno de los centros de atención primaria activos de su comunidad, donde sabe que los trabajadores sanitarios formados por ACF podrían ayudarla con servicios de salud mental de calidad. "Su estado mejoró tras recibir servicios de salud mental, y sus pensamientos suicidas cambiaron, lo que le dio esperanza", cuenta Abdul Karim.

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