Contexto humanitario
Colombia ha enfrentado medio siglo de violencia. El gobierno estima que llevará unos 15 años restablecer la estabilidad política y reconstruir las infraestructuras afectadas por el conflicto. La sociedad sigue dividida en cuanto al proceso de paz, mientras que viejos y nuevos grupos armados continúan luchando por el poder y la influencia.
Los principales retos humanitarios en Colombia se centran en las zonas rurales, que carecen de infraestructuras básicas como escuelas, hospitales y carreteras. Muchas familias tienen dificultades para encontrar medios de subsistencia y oportunidades para generar ingresos. La falta de acceso suficiente a agua potable y saneamiento también es un problema en muchos lugares del país. Además, Colombia también enfrenta el desafío de proporcionar ayuda de emergencia a cientos de miles de refugiados venezolanos que han buscado seguridad y protección en el país vecino.
BENEFICIARIOS
TRABAJADORES
AGUA Y SANEAMIENTO
NUTRICIÓN
EXPATRIADO
NACIONALES
Nuestra actividad
En Colombia, las agendas humanitarias de conflicto, migración y variabilidad climática siguen siendo prioritarias. Destacan tres elementos. Primero, que el 30% de la población (15,5 millones de personas) sufre de inseguridad alimentaria moderada y severa. Segundo, que el conflicto armado sigue arrojando cifras preocupantes con más de 539 000 personas que enfrentaron restricciones a la movilidad y acceso a servicios básicos. Tercero, que Colombia es el país que acoge al mayor número de migrantes y refugiados venezolanos (2,89 millones de personas), siendo ruta de tránsito hacia Centroamérica y EEUU, con más de 520 000 personas que atravesaron la selva del Darién en 2023.
Con una cobertura en el 75% del país, hemos atendido a más de 130 000 personas en los sectores de salud y nutrición, seguridad alimentaria y medios de vida, agua, saneamiento e higiene y gestión de desastres. Este amplio alcance territorial nos permite comprender las vulnerabilidades, necesidades y capacidades desde la diversidad de los territorios. Gracias a nuestra Unidad de Gestión de Información y Conocimiento (UGI+C), articulamos eficazmente nuestro trabajo humanitario, generando valioso conocimiento como aporte a la lucha contra el hambre.
Entre las acciones más destacadas en 2023 están nuestra respuesta en Salud materno-infantil (SMI) en la región del Darién, las múltiples respuestas de atención humanitaria realizadas a través del mecanismo de respuesta a emergencia (MIRE+) y la consolidación del Componente de Recuperación Económica Activa (CREA) del programa ADN-Dignidad, apoyando la integración socioeconómica de más de 4 200 personas migrantes y colombianas, fortaleciendo sus competencias empresariales y laborales, con una inversión de más de 1,5 millones de USD entregados en capital semilla.
DÓNDE
AYUDAMOS
Ayudamos a 24,5 millones de personas anualmente. Trabajamos en 55 países de África, Asia, América Latina y Europa, los más amenazados por el hambre.
TESTIMONIOS
MARÍA CLARA: "LAS TRANSFERENCIAS DE EFECTIVO SALVAN VIDAS. EL PROGRAMA AYUDA A FAMILIAS EXTREMADAMENTE VULNERABLES."
Imagina tener que dejar toda tu vida atrás debido al temor por tu seguridad. Huyes a tu país vecino con la esperanza de encontrar una vida mejor, pero cuando llegas, hay pocas oportunidades de trabajo y luchas por encontrar alimentos. Además, tienes que hacer frente a la discriminación social. ¿Qué harías? ¿Te quedas o emprendes el peligroso viaje hacia el norte a los Estados Unidos? Esta es la realidad que enfrentan millones de migrantes venezolanos hoy al intentar cruzar el Tapón del Darién, el cruce fronterizo selvático altamente peligroso entre Colombia y Panamá, con el objetivo final de llegar a Estados Unidos.
Estos desafíos han llevado a muchos a intentar cruzar el Tapón del Darién, una peligrosa caminata de 160 millas a través de una naturaleza agreste de selvas y terreno montañoso. Según las autoridades colombianas, aquellos que emprenden el viaje corren el riesgo de ser víctimas de fraude, extorsión y abuso sexual por parte de pandillas criminales que operan en la zona.
María Clara es una de las miles de personas migrantes que optó por llevar a su familia a Colombia. Procedente de la comunidad Wayúu en Venezuela, María Clara llegó a Colombia con la esperanza de encontrar una fuente de ingresos que le permitiera vivir a ella y su familia. Pero le resultó difícil conseguir alimentos desde su llegada, teniendo que hacer frente a la pobreza, la falta de oportunidades laborales y atención médica, junto con el riesgo persistente de violencia y explotación. Lamentablemente, su hija de 19 meses murió después de enfermarse, mientras que su hijo sufrió de desnutrición.
Después de trasladarse a una instalación de cuidado gestionada por la ONU para refugiados venezolanos, María Clara comenzó a recibir apoyo de ADN Dignidad, un programa liderado por Acción contra el hambre en colaboración con el Danish Refugee Council y el Norwegian Refugee Council, con financiamiento de USAID. “Aquí en el refugio, nos enseñaron sobre nutrición. Realmente no sabía cómo alimentar a mis hijos", relata María.
Organizaciones como Acción contra el Hambre están tratando de disuadir a los migrantes de realizar este viaje increíblemente arriesgado. El proyecto ha entregado dinero en efectivo a más de 256.000 personas en toda Colombia, proporcionando fondos para necesidades básicas y ayudando a personas como María Clara a establecer sus propios negocios para ayudar a financiar la educación de sus hijos.
"Las transferencias de efectivo salvan vidas. El programa ayuda a familias extremadamente vulnerables. Llegan desprotegidas, así que este dinero logra resolver las necesidades básicas de las personas", explica María Clara.
Sara es otra de las migrantes venezolanas que actualmente reside en Cali, Colombia. "Cuando recibí la ayuda de ADN Dignidad, realmente puedo decir que necesitaba ese pequeño impulso. Me ayudó durante la mayor parte de la cuarentena de Covid-19, para el dinero, el alquiler y la comida. Pude mudarme de una habitación a una pequeña casa”. Al proporcionar dinero en efectivo a los migrantes, es más probable que se queden, que las personas encuentren empleos y establezcan negocios. Esto reduce la necesidad de que las familias intenten abandonar Colombia y emprender el peligroso viaje a través del Tapón del Darién. Sara se ha integrado en la sociedad colombiana y destaca cómo, gracias a este programa, "todo ha mejorado. Me estoy integrando con más personas, personas que me quieren. Estas son cosas hermosas que la vida te puede dar y las he vivido aquí".