El hambre en el mundo: consecuencias y soluciones
La cifra es tan escalofriante, que se nos ponen los pelos de punta al escribir estos párrafos: Cada día 24.000 personas mueren de hambre en el mundo. De ellas, 18.000 son niños y niñas de entre uno y cuatro años. Es decir, ocho de cada diez personas que pierden la vida por culpa del hambre son niños muy pequeños. Si tienes hijos o familiares de esa edad puedes hacerte una ligera idea del drama de cada una de esas familias.
Se trata de una lacra, pero también de una amenaza que afecta tanto a niños, niñas, jóvenes, adultos como a ancianos en las regiones más vulnerables. Esta tragedia afecta especialmente a aquellos lugares que no tienen acceso a alimentos, agua potable, atención sanitaria y todos aquellos servicios básicos para una vida digna.
La escasez de alimentos es una de las principales causas del hambre en el mundo. La Organización de Naciones Unidas (ONU) estima que entre 720 y 811 millones de personas sufrieron hambre en el año 2020. Una inseguridad alimentaria que irá en ascenso por los efectos duraderos de la pandemia provocada por el Covid-19.
Además, la ONU ofrece datos de cómo está repartido el hambre y la desnutrición en el mundo. Unos 282 millones de personas viven en África, 418 millones viven en Asia y 60 millones viven en América Latina y el Caribe.
En este post, vamos a profundizar en el tema, comentando las causas y las consecuencias del hambre en el mundo. Pero, además, hablaremos de las soluciones para combatir esta amenaza en los países más desfavorecidos.
La ONU ofrece datos de cómo está repartido el hambre y la desnutrición en el mundo. Unas 282 millones de personas viven en África, 418 millones viven en Asia y 60 millones viven en América Latina y el Caribe
Causas del hambre en el mundo
Son muchas las causas del hambre en el mundo. Ellas mismas se retroalimentan y se conectan. Entre las más relevantes podemos destacar las siguientes:
- Pobreza y exclusión
La pobreza y exclusión social se han convertido en una de las principales causas de hambre en el mundo. Cerca de mil millones de personas sobreviven con menos de 1,25 euros al día, lo que genera la falta de alimentos, vivienda digna y acceso a los servicios públicos. Todo esto da lugar, a su vez, a que sean excluidos de la sociedad.
- Cambio climático
La escasez de agua, la desertificación, las tierras estériles, la deforestación, los huracanes, las inundaciones y terremotos, entre otros muchos fenómenos, han originado los llamados refugiados climáticos. La ONU señala que hay unas 250 millones de personas afectadas por el cambio climático. Esto tiene incidencia directa con el hambre en el mundo.
También, debemos mencionar las plagas que afectan el rendimiento de las cosechas, así como la reciente pandemia provocada por el COVID-19. Ambas provocan hambrunas en multitud de países.
- Los conflictos armados y desplazamientos
Los conflictos armados han ocasionado grandes desplazamientos de la población afectada, obligando a las personas a huir de la violencia, agresiones y la falta de recursos para vivir. Estas personas llegan a un país extraño y se convierten en refugiados, perdiendo sus derechos más básicos.
Consecuencias del hambre en el mundo
El hambre en el mundo tiene repercusiones graves en la población y, sobre todo, en su desarrollo. Vamos a ver cuáles son:
- La inseguridad y las crisis alimentarias aumentan en los países más vulnerables. Por ejemplo, en las regiones donde existen conflictos armados, la población no puede seguir cultivando y produciendo sus alimentos. Además se produce un aumento de la inflación por la situación en guerra de los países, provocando una subida de precios en los alimentos.
- Las personas que no tienen acceso a una alimentación sana y equilibrada comienzan a padecer de malnutrición y desnutrición. En este aspecto, los niños son los más afectados ya que pueden desarrollar una desnutrición crónica, que tiene consecuencias graves en su crecimiento.
- Además, las personas pueden sufrir enfermedades por mala alimentación. Esto, unido a la falta de acceso a los servicios públicos, les impide recibir una atención sanitaria adecuada y, por tanto, una recuperación casi imposible.
Más de 200 millones de niños de todo el mundo están desnutridos o tienen sobrepeso, es decir, sufren de malnutrición y desnutrición. Este elevado número de afectados se debe a las consecuencias de una mala alimentación y serias deficiencias en el sistema alimentario, que impide un correcto desarrollo evolutivo en la infancia
El hambre en la infancia
El hambre en el mundo sigue aumentando y, con ello, el retraso del crecimiento infantil. Os recordamos que los niños son los más vulnerables durante los periodos de inseguridad alimentaria, no recibiendo los requerimientos nutricionales en la infancia.
Más de 200 millones de niños de todo el mundo están desnutridos o tienen sobrepeso. Es decir, sufren de malnutrición y desnutrición. Este elevado número de afectados se debe a las consecuencias de una mala alimentación y serias deficiencias en el sistema alimentario, que impide un correcto desarrollo evolutivo en la infancia, según informa UNICEF.
La atención integral de la primera infancia garantiza un desarrollo físico y motor, además de un crecimiento rápido de sus cuerpos y sus cerebros. Que los niños no se alimentan bien afecta directamente a sus vidas y su desarrollo. La tasa de mortalidad infantil es un problema de todos y está directamente relacionada con estas situaciones. Aunque a veces pasemos esto por alto, una educación nutricional correcta es la clave para cualquier infante.
Soluciones del hambre en el mundo
Actualmente, miles de organizaciones públicas y privadas, junto a los gobiernos, llevan a cabo una serie de soluciones para acabar con el hambre en el mundo. Entre las más importante podemos destacar las siguientes:
- Mejorar el acceso al agua y los sistemas de saneamiento
La alimentación y el agua son dos elementos que están intrínsecamente relacionados. La escasez de este líquido vital y los alimentos van de la mano. Por eso, es esencial garantizar el derecho fundamental del agua y asegurar, así, el acceso a los productos alimenticios.
- Mejorar el desarrollo agrícola y acceso a los alimentos
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) ha asegurado que la producción agrícola mundial alcanza para alimentar a la población del planeta. No obstante, es necesaria una correcta distribución de los productos para que tengan acceso a ellos. ¡Esto es una prioridad!
También, es clave mejorar las cosechas de las zonas más pobres de África para que ellos mismos puedan cultivar sus alimentos.
- Dar prioridad a la educación
La educación es una de las vías principales para garantizar la seguridad alimentaria. Así, es clave que los niños y niñas tengan acceso a una educación de calidad para romper el ciclo de pobreza en las sociedades con problemas económicos graves.
- Colaborar con la ciencia
La ciencia camina de la mano para luchar contra la desnutrición y estudia tratamientos novedosos que pueden ayudar en casos críticos.
- Ayudar a concienciar sobre el problema
Otra forma de luchar contra el hambre en el mundo es ayudar a concienciar a otras personas sobre la importancia de tomar medidas inmediatas para evitar las consecuencias del hambre. Participar en charlas, eventos y otras actividades que den visibilidad al problema siempre es de gran ayuda.
En este sentido, el papel de la mujer en la lucha contra el hambre y la pobreza es clave. Si las mujeres tuvieran el mismo acceso a la formación y a las herramientas que tienen los hombres en el sector agrícola, se reduciría en un 17% el número de personas que pasan hambre.
¿Cómo combatir el hambre en el mundo?
Erradicar el hambre en el mundo es uno de los múltiples objetivos de Acción Contra el Hambre. Estamos desarrollando proyectos que busquen promover la autonomía alimentaria de las poblaciones más vulnerables, garantizando su seguridad alimentaria a corto, medio y largo plazo.
Para ello, impulsamos la producción agrícola, la actividad de los mercados locales y las iniciativas micro-empresariales. ¡Todo ser humano merece una vida digna!