Transformar vidas, cebolla a cebolla
Cómo un agricultor de Sudán del Sur desafió todos los pronósticos y se enfrentó al hambre en su comunidad.
Las cebollas tienen un sinfín de beneficios nutricionales, desde antioxidantes hasta propiedades antiinflamatorias. En algunas regiones del mundo se utilizan en la medicina tradicional. En España, son deliciosas en las tortillas de patata. Y en el oeste de Sudán del Sur, este tubérculo sin pretensiones ha transformado a toda una comunidad.
Chan Agany Joseph ha vivido toda su vida en el condado de Gogrial Oeste. Creció cuidando ganado, sobre todo cabras. De adulto, se dedicó al cultivo de tabaco, pero apenas podía llegar a fin de mes. El hambre hacía estragos en su pueblo, y él se empeñó en encontrar una solución. Necesitaba probar algo nuevo, así que desafió todas las expectativas y se dedicó al cultivo de cebollas.
Rompiendo esquemas
En Sudán del Sur, quienes cultivan las cebollas suelen ser mujeres. No se espera que hombres como Chan se dediquen al cultivo. Sin embargo, el agricultor sabía que el tabaco ya no era un plan viable: «El cultivo de tabaco tenía algunos problemas», dijo. «En primer lugar, no es una fuente de alimentos. Se puede conseguir comida vendiendo tabaco durante la temporada de lluvias, después de cosecharlo y venderlo, pero durante la estación seca, los agricultores pasábamos hambre».
La inseguridad alimentaria asolaba la comunidad de Chan. «En aquella época, la vida era muy difícil», recuerda. «La gente tenía que recurrir a la caza o a la pesca. En el río, podías intentar pescar, pero acababas sin nada».
Chan enseña a su hija mayor, Adut Agany, sobre el arte de cultivar cebollas para que algún día ella pueda cultivarlas por sí misma. Foto: Acción contra el Hambre.
Todo cambió cuando una organización sin ánimo de lucro visitó la aldea de Chan e introdujo un programa que ponía en contacto a las madres con nuevas prácticas agrícolas. Se enseñó a las mujeres a plantar y cultivar cebollas, y Chan observó su éxito desde lejos. Decidido a aprender más, Chan se unió al grupo por pura determinación.
«Al principio, empecé a cultivar cebollas en una pequeña zona cerca de una escuela», cuenta. «La gente se reía de mí y me decía: 'Ja, ¿crees que te vas a beneficiar de esto? Esto es cosa de mujeres'. A pesar de todo, seguí intentándolo e intentándolo».
Finalmente, la organización sin ánimo de lucro abandonó la comunidad de Chan por falta de financiación. La granja, que acababa de empezar a dar sus primeros pasos, se marchitó. Cuando el personal de Acción contra el Hambre se enteró de la existencia de la aldea de Chan, decidieron continuar la labor de la anterior organización sin ánimo de lucro e invitar a más gente a aprender a cultivar cebollas.
La labor de Acción contra el Hambre
Durante los dos últimos años, Acción contra el Hambre ha apoyado a Chan y a sus compañeros de aldea mediante un innovador programa destinado a apoyar a los nuevos agricultores.
«Cuando llegó Acción contra el Hambre, volvimos a sentirnos orgullosos de nuestra granja», afirma Chan.
Acción contra el Hambre formó a Chan y a un "grupo de apoyo de madre a madre" en los fundamentos del cultivo de cebollas. La formación también introdujo a Chan en las técnicas de generación de ingresos. Juntos, Chan y sus compañeros empezaron a cosechar y vender las cebollas en un mercado local. El impacto económico fue innegable. Por primera vez en muchos años, la economía del pueblo se vio estimulada por el cultivo de cebollas.
Hoy, Chan ha ahorrado suficiente dinero para enviar a sus hijos a la escuela. «Con el cultivo de la cebolla, puedo comprar uniformes y libros de texto para que mis hijos vayan a clase», dice. «Con el dinero sobrante, ya que no tengo cuenta bancaria, compro cabras o vacas. Antes no podía permitirme todo esto, pero con el apoyo de Acción contra el Hambre puedo permitirme todas estas cosas».
La cruda realidad en Sudán del Sur
Más de 6,3 millones de personas sufren inseguridad alimentaria aguda en Sudán del Sur, y 2,1 millones de niños padecen desnutrición aguda grave, la forma más mortífera de hambre. La crisis no ha hecho más que crecer en los últimos meses como consecuencia de las perturbaciones climáticas, las inundaciones mortales, el desastre económico y la afluencia de refugiados del conflicto en Sudán.
Sudaneses trabajando en un campo de arroz. Foto: Philip Son
El valor inesperado de las cebollas
La venta de cebollas también ha permitido a Chan seguir su propia educación y poner comida en la mesa para toda su familia. Ahora, Chan puede respirar libremente sin el estrés de las dificultades económicas recurrentes.
«Las cebollas tienen mucho valor en el mercado», dice. «Una bolsa (110 libras) está valorada en 70.000 libras sudsudanesas (más de 500 euros)».
Chan también animó a los hombres de su comunidad a romper los roles tradicionales de género y cultivar junto a las mujeres. Sabía que la economía sólo crecería si la comunidad se unía. Chan inspiró a Acción contra el Hambre para crear un nuevo grupo de apoyo a los hombres de la comunidad.
Con el tiempo, hombres que al principio no entendían el planteamiento de Chan empezaron a ver el valor del cultivo de hortalizas y la importancia de la igualdad de género en su aldea. Cuando adquirieron esta perspectiva, empezaron a cultivar cebollas junto a Chan.
La esposa de Chan, Ayak Manyaut, dirige el "grupo de apoyo de madre a madre" y educa a la gente sobre la importancia del cultivo de la cebolla.
En la actualidad, unos treinta hombres trabajan con Chan junto a otras mujeres agricultoras. Los hombres comparten la responsabilidad de proteger la granja de cebollas manteniendo las vallas hechas con palmeras. «Les explico a los hombres que si queremos asegurarnos de que esta zona está protegida, la valla que la rodea es nuestra responsabilidad», explica Chan. «Tenemos que proteger nuestras cebollas de los animales de la zona».
Chan sigue difundiendo sus conocimientos a las comunidades vecinas y a sus hijos. Tiene un mensaje claro para los recién llegados: «No prestéis atención a los juicios ni tengáis miedo de las barreras que podáis enfrentar, en su lugar enfocaros en el beneficio que estáis obteniendo a través de esta agricultura».
Acerca de Acción contra el Hambre en Sudán del Sur
Acción contra el Hambre lleva trabajando en Sudán del Sur desde 1985. Nuestros equipos viajan a zonas remotas y de difícil acceso, a menudo como la única organización que proporciona agua potable y tratamiento contra la desnutrición. Nuestros programas, que salvan vidas, ayudan a los agricultores a cultivar arroz en aguas inundadas, a cultivar cebollas, a construir nuevas vías fluviales, a acceder a servicios de emergencia, a reconstruir sus medios de subsistencia y mucho más.