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EMERGENCIA VALENCIA - Un año de la DANA en Valencia
EMERGENCIA VALENCIA - Un año de la DANA en Valencia
Noelia Monge en Paiporta durante la emergencia de la DANA

¿Qué se debe hacer para evitar que vuelva a ocurrir?

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La responsable de emergencias de Acción contra el Hambre comparte los cuatro pilares básicos para reducir el impacto de desastres como el vivido en Valencia
  • Acción contra el Hambre fue una de las primeras organizaciones en desplegarse en la zona cero tras la DANA.
  • Un año después, la organización sigue trabajando en la zona y alerta: “Esto puede volver a pasar”.

Hace justo un año, la DANA que azotó la Comunidad Valenciana dejó una huella devastadora: 229 personas fallecidas, 75 municipios gravemente afectados, 850.000 personas damnificadas y pérdidas económicas multimillonarias. Fue también la primera vez que el equipo de emergencias de Acción contra el Hambre tuvo que desplegarse en territorio español.

“He estado en más de 30 emergencias en todo el mundo, la gran mayoría son a causa de desastres naturales como terremotos, huracanes o inundaciones. “Fuimos de las primeras en llegar a la zona cero y seguimos allí, un año después”, recuerda la responsable del pool de emergencias de la organización. 

Acción contra el Hambre ha publicado un informe detallado sobre su intervención enla emergencia de la DANA, pero hoy lanza una reflexión más urgente: ¿qué se ha hecho —y qué falta por hacer— para evitar que algo así vuelva a ocurrir?

Cuatro medidas para prevenir y salvar vidas

Acción contra el Hambre recuerda que, según Naciones Unidas, los sistemas de alerta temprana pueden reducir hasta en un 30% el impacto de fenómenos extremos. Por eso, se ha fijado el objetivo de que en 2027 todas las personas del planeta estén protegidas mediante sistemas eficaces de alerta temprana. La inversión prevista es de 3.100 millones de dólares en cinco años, lo que equivale a apenas 50 céntimos por persona y año.

Basándose en su experiencia internacional y en lo vivido en Valencia, Acción contra el Hambre identifica cuatro pilares clave para construir sistemas de alerta eficaces

1. Comprender los riesgos. No basta con saber que puede llover: hay que saber dónde, cómo y a quién afecta más. Esto implica actualizar mapas de inundación, usar índices de vulnerabilidad que incluyan factores sociales y económicos, y reforzar la colaboración entre instituciones. “Los escenarios de riesgo deben ser comprensibles para autoridades y ciudadanía”, subraya la responsable de emergencias de Acción contra el Hambre.

2. Monitoreo y predicción. Sensores, modelos de pronóstico, inteligencia artificial y herramientas como AML (geolocalización de emergencias) son clave. La DANA nos enseñó que las alertas tempranas salvan vidas, pero solo si detrás hay un proceso claro: quién monitorea, con qué frecuencia, qué indicadores se usan y qué umbrales activan una acción”, apunta Noelia Monge. Es importante implementar intercambio de datos en tiempo real entre AEMET, Confederaciones Hidrográficas, Protección Civil y municipios. 

3. Difusión y comunicación. Se necesitan protocolos que distingan avisos meteorológicos de alertas de emergencia, mensajes progresivos y el uso de múltiples canales: SMS, radio, redes sociales, incluso avisos puerta a puerta. La responsable de emergencia añade: “de la DANA aprendimos también que cada alerta debe ir acompañada de pautas prácticas: qué hacer, dónde refugiarse, qué ruta tomar. Realizar campañas educativas y simulacros periódicos con población, escuelas y empresas. Capacitar a autoridades locales y cuerpos de emergencia en interpretación de alertas”.

4. Preparación y respuesta. Por último, tener protocolos claros por fases —qué hacemos en las primeras 24, 48 o 72 horas—contar con unidades municipales de emergencia y coordinarse entre instituciones y con el sector privado marca la diferencia en el terreno. Noelia Monge comenta: “de la DANA nos quedó una enseñanza muy concreta: la coordinación es determinante. Cuando los roles y recursos están definidos, la respuesta es más rápida y más eficaz”.

Prepararse es una manera de responder

Acción contra el Hambre insiste en que la preparación no es un lujo, sino una necesidad. Y resume así las lecciones de la DANA vinculadas a los cuatro pilares:

  • Prepararse es responder con mapas claros, diagnósticos completos y escenarios realistas.
  • Las alertas deben ser claras y prácticas: no solo avisos, también instrucciones y simulacros.
  • La coordinación lo cambia todo: protocolos definidos, unidades locales y colaboración público-privada.

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