¿Qué es la fiebre tifoidea y cómo afecta a los países vulnerables?
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cada año entre once y veinte millones de personas enferman de fiebre tifoidea. Por desgracia, esta lacra provoca la muerte a alrededor de 128.000 seres humanos. Además, señala este organismo que el cambio climático y la urbanización están elevando la carga mundial de contagiados por esta enfermedad, sin contar que la bacteria que produce la fiebre tifoidea está produciendo resistencia a los antibióticos.
Esta enfermedad es especialmente devastadora en Asia, de donde proceden nueve de cada diez de sus víctimas, especialmente de tres países concretos: Bangladesh, India y Pakistán. Aun así, y para entender la magnitud de esta enfermedad, hay que tener en cuenta que los casos leves no son cuantificados y por tanto su incidencia está infraestimada, sobre todo en el caso de África.
La fiebre tifoidea se extiende a causa de los sistemas deficientes de saneamiento y distribución de agua en ciudades superpobladas.
En concreto, la propagación de la fiebre tifoidea se ha ido extendiendo a causa de los sistemas deficientes de saneamiento y distribución de agua en ciudades superpobladas. Además, la mayor tasa de transmisión se observa en lugares donde no es común lavarse las manos, lavar bien los alimentos antes de consumirlos, filtrar o hervir el agua potable que consumen.
Aunque te acabamos de contar algunas formas de luchar contra la fiebre tifoidea, en este post conoceremos en detalle también en qué consiste la enfermedad, sus características, síntomas y tratamiento.
¿Qué es la fiebre tifoidea?
La fiebre tifoidea es una enfermedad grave, pero si se trata a tiempo puede resolverse con relativa facilidad. Es una infección causada por bacterias Salmonella, y aunque hay muchos tipos de esta bacteria, la que causa este padecimiento es la Salmonella Typhi.
El mayor riesgo de padecer fiebre tifoidea está en los países más vulnerables o países en vía de desarrollo, regiones pobres donde las condiciones sanitarias y de higiene son de un nivel medio a bajo con habitantes por debajo o en el umbral de pobreza, donde los más afectados son los niños.
Características fiebre tifoidea
La fiebre tifoidea puede ser contraída por cualquier persona. Es una infección bacteriana que ataca el intestino principalmente y, en algunos casos, el torrente sanguíneo. La Salmonella Typhi se puede propagar a través de alimentos o agua contaminada, también entre personas por contacto directo con las heces de un individuo infectado.
La transmisión de esta enfermedad es exclusivamente de humano a humano, ya que los animales no son portadores. Existen casos de personas portadoras de la bacteria que siguen expulsando el germen por medio de heces durante muchos años.
Síntomas fiebre tifoidea
Los síntomas de la fiebre tifoidea van apareciendo de forma gradual, desde leves a graves si no se tratan con medicamentos oportunamente. En el siguiente listado de síntomas:
- Comienza como una gripe entre los 8 y 14 días después de haberse infectado.
- Una persona infectada de fiebre tifoidea comienza a sentir dolor de cabeza, dolor de garganta, dolores musculares, fiebre, dolores articulares, dolores abdominales y tos seca.
- Pérdida del apetito. Más avanzada la enfermedad, produce fiebres altas entre 39 o 40 °C, manteniéndose así alrededor de 14 días hasta que vuelve a su temperatura normal.
- En algunos pacientes con fiebre tifoidea, el ritmo cardiaco se ralentiza y produce cansancio.
- Cuando la infección alcanza un nivel grave, los afectados pueden llegar a desvariar y sufrir episodios de delirio.
- También aparece, en ocasiones, una erupción en la piel en la segunda semana, manchas de color rosado especialmente en la zona del tórax y el abdomen.
- Las primeras dos semanas los afectados padecen de estreñimiento, pero luego la enfermedad provoca diarrea.
- En casos avanzados el intestino se puede perforar y provocar hemorragias graves.
¿Cuánto dura la fiebre tifoidea?
Una persona infectada de fiebre tifoidea que reciba el tratamiento adecuado puede tener la enfermedad alrededor de tres a cuatro semanas. Ahora bien, una persona que padeció esta infección bacteriana puede volver a presentar los síntomas.
Tratamiento fiebre tifoidea
El tratamiento de la fiebre tifoidea es exclusivo con antibióticos, es el único efectivo para pacientes con esta infección. Entre ellos está la ciprofloxacina y la ofloxacina, que se recetan para hombres y mujeres que no estén en gestación. Los médicos también prescriben azitromicina, si la bacteria es resistente a los medicamentos anteriores, y la ceftriaxona para casos más graves.
Como complemento para la recuperación es necesario consumir líquidos para evitar la deshidratación por la fiebre y la diarrea. Y en casos más graves, cirugías para reparar la perforación de los intestinos.
Vacuna fiebre tifoidea
La Organización Mundial de la Salud informa que existen dos vacunas disponibles para combatir la fiebre tifoidea. Una es inyectable y viene en una dosis única, y la otra se administra de forma oral en cuatro cápsulas, tomándose una en días alternos.
Diagnóstico de fiebre tifoidea
Para diagnosticar la fiebre tifoidea se realiza un examen con muestras de sangre y heces, además de otros fluidos corporales. Si el laboratorio determina que hay presencia de bacterias, se procede a efectuar cultivos bacterianos para hallar la bacteria Salmonella.
¿Fiebre tifoidea es lo mismo que fiebre amarilla?
La fiebre tifoidea no es lo mismo que la fiebre amarilla. Como hemos dicho, la primera es un padecimiento que se transmite a través del agua y alimentos contaminados. Mientras que la segunda, es una infección causada por un virus transmitido por el aedes aegypti, un mosquito que vive en zonas de Sudamérica y África.
Gran parte de las personas que sufren la fiebre amarilla son asintomáticos. No obstante, cuando la enfermedad se hace visible, suele hacerse en forma de fiebre, dolores de espalda y de cabeza, así como vómitos. Todos estos síntomas suelen desaparecer al cabo de tres o cuatro días.
La fiebre tifoidea se trasmite a través del agua y alimentos contaminados, mientras que la fiebre amarilla es transmitida por un mosquito de zonas de Sudamérica y África
Sin embargo, existe un pequeño porcentaje de personas que enferman de fiebre amarilla que entran en una segunda fase, que es más virulenta. De ellos, la mitad muere en un plazo de entre siete y diez días. En esta fase tan tóxica es frecuente la ictericia, que es la reacción en el cuerpo que provoca un color amarillento de la piel y los ojos. Además, pueden producirse hemorragias en la nariz y en la boca, en los ojos y en el aparato gástrico.
La vacuna contra la fiebre amarilla es segura y tiene un precio asequible. Además, no necesita dosis de recuerdo, pues la primera dosis da una protección de por vida.
Respecto al tratamiento de esta enfermedad cuando ya se ha sido contagiado, no existe uno específico. No obstante, el hecho de que los pacientes acudan de manera temprana a un hospital aumenta en gran medida la tasa de supervivencia. En este sentido es crucial el tratamiento de la deshidratación y la fiebre, así como las insuficiencias hepática y renal
Así se curó la fiebre de Mohamed Ahmed, en India
Por desgracia, la fiebre tifoidea está más presente en poblaciones en las que no hay acceso a agua salubre o aquellas aguas que no han tenido el saneamiento adecuado. Por tanto, es especialmente cruenta con las comunidades donde hay una mayor pobreza absoluta y los grupos vulnerables, entre ellos los niños.
Es el caso de Mohamed Ahmed, un niño indio que se curó de una fiebre y de una desnutrición gracias a los centros de estabilización de Acción contra el hambre:
Unos días antes de su segundo cumpleaños, Mohamed Ahmed fue admitido en el centro de estabilización de Acción contra el Hambre en Wajid, donde nuestros equipos tratan casos graves y complicados de desnutrición. El niño había perdido el apetito y tenía fiebre alta y tos, y le diagnosticaron desnutrición aguda grave y neumonía.
En casos avanzados de fiebre tifoidea el intestino se puede perforar y provocar hemorragias graves
Su madre, Haawo Abdi, recuerda cómo su hijo se puso muy enfermo: “Empezó con fiebre alta y a los pocos días dejó de comer y no paraba de llorar en ningún momento. Estaba sufriendo. Fui a la farmacia para comprar medicamentos. Pero la situación sólo empeoró.
Después de que fallaran los medicamentos, Haawo buscó una solución alternativa para ayudar a la condición médica de su hijo. Uno de sus vecinos la visitó en su casa y, al ver a Mohamed Ahmed, recomendó de inmediato que llevaran a la niña al centro de estabilización.
“Al día siguiente, hice una pequeña maleta y dejé a mi otro hijo con su padre y mi madre. Sabía que Mohamed necesitaba atención médica urgente. Como madre, sentí dolor al ver a mi hijo sufrir una enfermedad de la que no sabía nada”, dice Haawo.
En el centro de estabilización, Mohamed fue examinado y admitido para recibir tratamiento inmediato. Comenzó a tomar un régimen de medicamentos, incluida la fórmula láctea terapéutica F75, para ayudarlo a recuperar la salud. Durante su estancia en el centro, Haawo aprendió sobre buenas prácticas de nutrición e higiene.
Después de sólo una semana de tratamiento hospitalario en el centro, Mohamed fue dado de alta y derivado al programa Terapéutico Ambulatorio.
Juntos podemos erradicar la fiebre tifoidea
Es posible parar la fiebre tifoidea por medio de la formación. Concretamente a través de los programas de agua, saneamiento e higiene que desarrollamos desde Acción contra el Hambre con el objetivo de prevenir la desnutrición y el desarrollo de enfermedades relacionadas con el agua.
Además, hay que tener en cuenta que la fiebre tifoidea es una enfermedad que se puede prevenir con antibióticos, mucha ingesta de líquidos y dando mucho asesoramiento a las personas. Por esta razón, desde Acción contra el Hambre hacemos un especial y continuado esfuerzo en dar formación a las personas que viven en los países donde se sufre esta lacra. Entre todos podemos ayudar a las personas más desfavorecidas a comprender la importancia de estar vacunado y de las medidas básicas de higiene como lavarse las manos.
Sabemos que la fiebre tifoidea es una amenaza mundial, especialmente para los habitantes de las zonas más vulnerables donde los más afectados son los niños.
Entre todos podemos mejorar la nutrición y salud de millones de menores que lo necesitan.