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¿Qué es la enfermedad del tifus y cómo afecta a los países más vulnerables?

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El tifus es una enfermedad que puede afectar a personas de cualquier país, pero, sobre todo, a la población más vulnerable. De hecho, es una de las enfermedades infecciosas más comunes en África. La transmiten los piojos o las pulgas que han estado en contacto con roedores, así que las zonas rurales o con mayor índice de pobreza son las más afectadas.

En este artículo, recopilamos toda la información importante sobre el tifus, así como sus síntomas, para que aprendas a identificar esta enfermedad. Además, te contamos cómo tratarla en caso de contraerla y de qué manera prevenir su contagio.

¿Qué es el tifus?

El tifus es una enfermedad infecciosa potencialmente letal causada por bacterias del género Rickettsia. Se transmite a los humanos por pulgas infectadas. Las pulgas generalmente se infectan con Rickettsia cuando se alimentan de animales infectados, como ratas y zarigüeyas.

Los seres humanos también pueden infectarse con Rickettsia si entran en contacto con un animal infectado o con artículos contaminados con heces u orina de animales infectados. Sin embargo, los contagios más frecuentes se dan a partir de pequeños artrópodos como ácaros, pulgas, garrapatas y piojos.

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Los piojos se infectan al succionar la sangre de los roedores. Estos, cuando pasan a vivir parasitariamente en seres humanos, les hacen picaduras y depositan sobre ellos sus heces. Es este contacto de las heces con las heridas abiertas en el humano lo que da lugar a la infección con Rickettsia.

Síntomas del tifus

En un lapso de tiempo entre 7 y 14 días desde que el organismo entra en contacto con la bacteria Rickettsia, empiezan a aparecer los síntomas.

Las primeras manifestaciones de la enfermedad son fiebre, dolor de cabeza y fatiga. Sin embargo, al cabo de unos días, aparece una erupción que cubre gran parte de la piel.

La presencia de estas marcas en la piel confirma, en muchas ocasiones, la infección por Rickettsia. No obstante, será después de un análisis de sangre donde se podrá establecer un diagnóstico más preciso.

Al ser una enfermedad poco común, las pruebas de laboratorio pueden no estar disponibles todo el tiempo, sobre todo en zonas aisladas por la pobreza y el hambre. Es por ello que la enfermedad puede causar serios problemas en estos países al no tratarse de forma rápida.

Las primeras manifestaciones de la enfermedad son fiebre, dolor de cabeza y fatiga. Sin embargo, al cabo de unos días, aparece una erupción que cubre gran parte de la piel.

En algunas personas, los síntomas pueden agravarse y aparecer tos, diarrea, vómitos y dolores de estómago.

Tratamiento del tifus

El tratamiento indicado para tratar el tifus está basado en la aplicación del antibiótico doxiciclina. Este antibiótico puede ser administrado a personas de cualquier edad y se debe tener en consideración el peso del paciente para suministrar la dosis apropiada.

Cuánto antes se inicie la aplicación del tratamiento, más efectivo será su efecto contra la Rickettsia. Sin embargo, en los países pobres, los tratamientos suelen aplicarse con cierto retraso, lo que desencadena una lucha más intensa del paciente contra la bacteria.

Además de la aplicación del antibiótico, se supervisa el estado de salud general del paciente y se controlan los síntomas en la medida de lo posible.

Secuelas del tifus

Existen diferentes factores que pueden propiciar que la enfermedad del tifus deje secuelas graves en el organismo o, incluso, cause la muerte. Los niños con malnutrición y los ancianos constituyen la población con mayor riesgo de presentar secuelas a causa de esta enfermedad.

En primer lugar, la bacteria del tifus puede reactivarse y, en algunos momentos, los síntomas pueden reaparecer, aunque con menos intensidad.

Otras secuelas comunes tras haber padecido tifus son:

  • Insuficiencia renal. Los riñones pueden no funcionar de manera apropiada, causando malestares y fallos orgánicos en los individuos.
  • Afecciones al sistema respiratorio. Después de superar el tifus, muchas personas sufren problemas respiratorios durante largos periodos de tiempo y reaparecen de forma ocasional.
  • Daños al sistema nervioso. El sistema nervioso se ve afectado causando problemas de motricidad y otros desequilibrios del sistema.

La mayoría de las personas suelen superar el tifus sin mayores complicaciones, pero las personas que habitan zonas apartadas o con poca asistencia médica pueden experimentar este tipo de secuelas.

Diferencia entre tifus y fiebre tifoidea

Es muy común confundir la enfermedad del tifus con la fiebre tifoidea. Sin embargo, los agentes que las causan son completamente diferentes, aunque los síntomas sean muy parecidos.

Para empezar, la bacteria que causa el tifus es la Rickettsia, mientras que la causante de la fiebre tifoidea es la Salmonella.

El medio de contagio también es distinto, ya que, mientras la fiebre tifoidea se transmite por agua contaminada, el tifus se contagia a través de pulgas, ácaros y garrapatas.

Los síntomas son muy similares, pero las pruebas de laboratorio demuestran agentes de infección distintos.

Cuánto más pronto se inicie la aplicación del tratamiento, más efectivo será su efecto contra la Rickettsia. Sin embargo, en los países pobres, los tratamientos suelen aplicarse con cierto retraso, lo que desencadena una lucha más intensa del paciente contra la bacteria.

En este aspecto, es importante que el personal médico a cargo del caso pueda distinguir con exactitud la enfermedad para poder aplicar el tratamiento adecuado.

Para el tifus, el antibiótico recomendado es la doxiciclina, mientras que para la fiebre tifoidea se indican cloranfenicol o el trimetoprim-sulfametoxazol.

Prevención ante el tifus

Gran parte de la prevención contra el tifus está basada en las condiciones de higiene y salubridad de los espacios habitados. No existe una vacuna contra esta enfermedad, por lo que lo más aconsejable es evitar el contacto con pulgas y piojos.

El control de roedores también constituye una parte fundamental en la disminución de la propagación de esta enfermedad.

Las mascotas también pueden ser un foco de contagio, por lo que deberás mantener su salud bajo control y asegurarte de que su pelaje esté libre de artrópodos que puedan transmitir el tifus.

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