

Nueve meses después del alto el fuego, cientos de miles de personas en el Líbano siguen sin agua corriente
Al menos 150 000 personas siguen sin agua corriente en el sur del Líbano después de que los ataques israelíes dañaran y destruyeran gran parte de las instalaciones de agua, saneamiento e higiene (WASH) desde el inicio del conflicto en el Líbano en octubre de 2023, según un informe de Acción contra el Hambre e Insecurity Insight publicado el martes 26 de agosto.
El informe, titulado Cuando las bombas cierran los grifos: el impacto del conflicto en las infraestructuras hídricas del Líbano, revela que los repetidos ataques de las fuerzas israelíes contra las infraestructuras hídricas libanesas entre octubre de 2023 y abril de 2025 han tenido efectos devastadores tanto a corto como a largo plazo. Nueve meses después del frágil alto el fuego, más de 30 pueblos siguen sin conexión al agua corriente.
Estos ataques han provocado una interrupción a largo plazo del suministro de agua potable y una dependencia de la población a los camiones cisterna que muchas personas no pueden permitirse. Según el Banco Mundial, las pérdidas se estiman en 171 millones de dólares en los sectores del agua, las aguas residuales y el riego.
Solo en las provincias de Nabatieh y el sur, al menos 26 redes de bombeo de agua y 28 redes de tuberías de agua han sufrido daños moderados desde octubre de 2023. Si bien la mayor parte de los daños en las infraestructuras hidráulicas se produjeron en el sur del Líbano, la localidad de Schmustar, en Baalbek, en la Becá, también sigue sin agua corriente, con un pozo completamente destruido y otros cinco parcialmente dañados, lo que deja a miles de residentes dependientes de un depósito de agua que solo se llena hasta el 20 % de su capacidad.
"Los ataques tuvieron consecuencias devastadoras para los agricultores, ya que la escasez de agua afectó al riego y a la producción de alimentos", afirma Christina Wille, directora de Insecurity Insight. "Más del 82 % de los agricultores entrevistados en el sur del Líbano durante la investigación afirmaron que no podían obtener agua suficiente para regar sus cultivos o dar de beber a su ganado", añade.
Suzanne Takkenberg, directora de Acción contra el Hambre en el Líbano, afirma que, con la llegada de un verano abrasador a toda la región, también aumenta el riesgo de brotes de enfermedades transmitidas por el agua: "La estación seca, unida a la falta de acceso al agua causada por los ataques, obliga a las comunidades vulnerables a recurrir a fuentes de agua insalubres o contaminadas para sus necesidades diarias. Esto conlleva un riesgo muy real de enfermedades".
El Dr. Wassim Daher, director general del Establecimiento de Agua del Sur del Líbano, afirma que los daños causados por los ataques israelíes a las infraestructuras hidráulicas han afectado a miles de personas que viven cerca de la frontera: "Los expertos de nuestro equipo estiman que el 90 % de los servicios de agua en un radio de 5 km de la frontera sur del Líbano se han visto interrumpidos. Otras 92 000 personas que vivían en estas zonas antes de octubre de 2023 no han regresado debido a la destrucción y la falta de servicios esenciales".
Las organizaciones recuerdan que todas las partes en el conflicto tienen obligaciones claras en virtud del derecho internacional humanitario de proteger los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil, incluidas las instalaciones de agua. Las organizaciones piden que se adopten medidas urgentes para restablecer el suministro de agua a las comunidades. Las organizaciones también piden a todas las partes en el conflicto que respeten el acuerdo de alto el fuego.