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 La situación migratoria en la frontera sur de Honduras alcanza cifras históricas desde su mayor crisis en 2018
Con la frontera de Nicaragua a pocos kilómetros, la localidad de Trojes es uno de los puntos calientes por donde cientos de migrantes llegan cada día ©Gonzalo Höhr para Acción contra el Hambre

La situación migratoria en la frontera sur de Honduras alcanza cifras históricas desde su mayor crisis en 2018

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La situación migratoria en la frontera sur de Honduras alcanza números nunca registrados desde su mayor crisis en 2018, cuando miles de familias hondureñas salieron rumbo a Estados Unidos en un intento por escapar de la pobreza y la violencia. Entre enero y agosto de 2022, se registró el ingreso irregular en la frontera sur de 84 762 personas, según el Instituto Nacional de Migración (INM), superando en ocho veces la cantidad registrada en el mismo período del año pasado. En el último informe de Acción contra el Hambre sobre la situación migratoria en Honduras, la organización alerta de que se podría superar el medio millón de personas en tránsito irregular por el país centroamericano en lo que resta de 2022.

Según relata este mismo informe, para ingresar de forma regular en Honduras, las personas nacionales de países caribeños, sudamericanos, africanos o asiáticos requieren de una visa consular tramitada de forma previa, lo que está en muchos casos fuera del alcance o conocimiento de quienes deciden migrar. Ante este impedimento, una vez se encuentran en la frontera, recurren al servicio de intermediarios o “coyotes” que los llevan a través de los llamados puntos ciegos. Dos de los más transitados son las localidades fronterizas con Nicaragua de Danlí y Trojes.

El equipo de Acción contra el Hambre está respondiendo a esta crisis humanitaria en estos dos enclaves. Tras la situación de emergencia declarada en los municipios de Trojes y Danlí el 20 de abril de 2022, la organización humanitaria inició operaciones de respuesta con el objetivo de atender a más de 12 000 personas.

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Situación migratoria Honduras

En la localidad de Trojes, a escasos metros de la frontera de Nicaragua, hay una misión religiosa que permite a los desplazados pasar la noche.© Gonzalo Höhr Zamora para Acción contra el Hambre 

Janire Zulaika, miembro del equipo de emergencias de Acción contra el Hambre, explica desde Honduras que la mayoría de las personas migrantes provienen de Venezuela. Otros muchos llegan desde Cuba, Ecuador, Haití, e incluso Yemen y Bangladés. Zulaika destaca que sus viajes pueden durar meses en los que están expuestos a situaciones muy complejas en los que son muy vulnerables: “Sobre todo nos cuentan las necesidades tan grandes que han tenido en el Darién, que es la zona de selva sin carretera y conexión entre Colombia y Panamá. También nos hablan de una necesidad de comida, de agua potable, de apoyo en salud. Muchas personas tienen accidentes, hay muchas muertes, violaciones. Estamos hablando de situaciones terribles.”

Francisco (nombre ficticio), quien ha preferido mantener el anonimato por seguridad, es suramericano y viaja con su hija, esposa y primo: “El viaje ha sido fuerte. Hemos pasado sed y hambre. Hemos aguantado humillaciones […] Sabemos que el salvoconducto para cruzar la frontera es un poco costoso, no todo el mundo tiene la cantidad de dinero para pagarlo, y hay gente que tiene que optar por meterse por Trojes.”

Jairo Navarro, de 22 años, salió de Perú el pasado junio y explica: “Pensaba que iba a ser un viaje normal, pero no se lo recomiendo a nadie, ni con hijos, ni embarazadas…He visto de todo. Mujeres tiradas, violadas, niños desaparecidos, animales… El clima es insoportable”.

 

Aumento del riesgo nutricional

Según el informe de Acción contra el Hambre, las atenciones nutricionales se han duplicado en agosto y los casos de riesgo nutricional siguen en aumento. Acción contra el Hambre está entregando diariamente entre 100 y 250 kits de alimentos en Danlí, siendo la única ONG proporcionando asistencia alimentaria de forma regular en la frontera sur.

También la organización ha duplicado la entrega de agua en albergues y puntos de hidratación. En el Centro de Descanso Temporal (CDT) de Danlí, de un consumo de 30 botellones de agua por semana se ha pasado a 60, y de dos cisternas a tres para uso general. Se ha detectado un aumento en la generación de residuos y la defecación al aire libre en las ciudades de primera llegada y tránsito, indicador de la urgente necesidad de implementar proyectos para garantizar la gestión y el acceso seguros al saneamiento.

El informe también alerta del número de mujeres embarazadas desatendidas, del aumento de la demanda de pruebas de embarazo, así como de enfermedades y casos graves de trastornos post traumáticos detectados en personas migrantes.

El Consorcio LIFE, liderado por Acción contra el Hambre y UNICEF e integrado por otras cuatro ONG, fue creado en junio de este año para responder a la emergencia humanitaria migratoria. Juntas trabajamos en cuatro albergues duplicando nuestra capacidad para atender al mayor número de personas. Sin embargo, ante el aumento continuado de llegada de migrantes, cada vez son más personas las que acaban durmiendo en la calle.

En este contexto, Acción contra el Hambre apunta que se requiere fortalecer las capacidades en respuesta humanitaria de las instituciones gubernamentales y demás actores que participan en cubrir y monitorear las necesidades causadas por la crisis migratoria.

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