La población siria se enfrenta al mayor riesgo de hambre de la década
El número de población siria considerada en riesgo de inseguridad alimentaria alcanza niveles máximos en la última década. En Siria, el coste medio de los alimentos ha sido, durante meses, el más alto jamás registrado desde que se inició el seguimiento.
Aunque el conflicto activo ha disminuido un poco en el último año, las necesidades en Siria superan la capacidad de las familias para hacer frente a la fuerte inflación y a una economía en dificultades. Siria se enfrenta a una crisis múltiple e interrelacionada.
Este año se espera que 12,4 millones estén en riesgo de sufrir hambre.
La hiperinflación significa que cada día los sirios pueden permitirse menos de lo que necesitan para sobrevivir. El poder adquisitivo de los sirios se está erosionando cada día, los bienes necesarios -agua, alimentos, combustible y electricidad- están fuera de su alcance. Los hogares gastan ahora una media del 50% más de sus ingresos.
Las familias ya no pueden permitirse el combustible para hacer funcionar los generadores que alimentan sus hogares, el transporte o los sistemas de agua. En toda Siria, muchas familias tienen menos de 4 horas de electricidad pública al día. El aumento de los precios del combustible significa que el transporte y el trabajo diario son más caros. Los agricultores tienen menos dinero para planificar las plantaciones en sus campos y, al mismo tiempo, los costes para regar sus cultivos y transportar las cosechas al mercado, son más elevados.
Rusia y Ucrania están entre los exportadores de grano más importantes para Oriente Medio. Según informes de Naciones Unidas, el conflicto en Ucrania podría provocar una escasez de suministro de trigo a la región. Advierten que Siria ya ha reaccionado, entre otras cosas, racionando sus reservas de grano, pero que, al mismo tiempo, repercute en los precios de los alimentos básicos, como el pan o la harina.
Empeoramiento de las condiciones climáticas
La falta de lluvias, así como la diezmada infraestructura hídrica en todo el país, hacen que la capacidad de crecimiento -y los costes para que los agricultores intenten ganarse la vida- sean intolerablemente altos.
Acción contra el Hambre en Siria
Un total de 14,6 millones de personas en Siria dependen de la ayuda humanitaria.
Acción contra el Hambre trabaja en Siria desde 2008. Trabajamos para reducir el hambre y los riesgos para la salud entre las comunidades más vulnerables de Siria, tanto con intervenciones de emergencia como con un apoyo sostenible a largo plazo para aumentar la resiliencia.
El año pasado ayudamos a 1,3 millones personas en toda Siria a reforzar el acceso al agua potable y al saneamiento, mejorar las instalaciones sanitarias y educativas y poder así incrementar las oportunidades de obtener ingresos y proporcionar alimentos a sus familias.
Los sirios se enfrentan a sus mayores necesidades en un momento en el que la atención y la financiación mundial están disminuyendo. El mundo debe seguir apoyando a la población siria para que supere el actual contexto de crisis.
Soluciones sostenibles a largo plazo
Ante el aumento de estas necesidades, se requieren soluciones a largo plazo centradas en la recuperación temprana y la resiliencia para devolver la esperanza, la dignidad y la autosuficiencia a los sirios. Una financiación a largo plazo, plurianual y flexible puede permitir a los actores humanitarios responder a las necesidades de emergencia y sentar las bases para soluciones sostenibles.
La población siria necesita apoyo para desarrollar medios de vida sostenibles a largo plazo y soluciones para la producción de alimentos que ayuden a la gente a ganarse la vida y a permitirse más alimentos y de mayor calidad, reduciendo la malnutrición y la dependencia de la ayuda de emergencia, como los paquetes de alimentos. Hacerlo de forma complementaria e integrada puede contribuir a que el apoyo a los sirios sea más sostenible, rentable y eficaz.