Iberdrola: energía fotovoltaica para la inclusión laboral y la igualdad de género
En Almería, la provincia española con más horas de sol al año, sesenta y una mujeres han encontrado en la energía fotovoltaica una oportunidad para transformar sus vidas.
Gracias al proyecto “Vives Aprende: Escuelas inclusivas de mujeres en la industria 4.0 y energías renovables”, llevado a cabo por Acción contra el Hambre gracias al apoyo de Fundación Iberdrola, estas mujeres están adquiriendo las habilidades y competencias técnicas que necesitan para empezar a construir su nuevo futuro.
Ariadna Lozano, una de las participantes del proyecto en Almería, es un claro ejemplo de reinvención laboral. A sus 35 años, decidió dejar atrás el sector de la hostelería porque ya no se sentía realizada: “Quería dedicar mi tiempo a algo que marcara una diferencia. El turismo había pasado a tener una connotación superflua para mí”.
Al igual que muchas otras, Ariadna se topó con algunas barreras: “He modificado muchísimas veces mi perfil en los portales de empleo para adecuarlo, y una ve que nunca entra el proceso de selección o entra y luego es descartada. Es francamente frustrante”, comenta Ariadna con sinceridad al recordar aquella etapa. Sin embargo, esta escuela de empleo orientada a la energía fotovoltaica fue el empujón que necesitaba para dar el salto: “El destino, la suerte, no sé qué fue, pero el curso apareció frente a mí y fue la señal que necesitaba. Ni me lo pensé, en el mismo momento pinché en el enlace y empecé”, añade.
La historia de Lina Strumiliene es igualmente inspiradora. Cocinera de profesión, siempre había tenido trabajo en su sector, pero un problema de salud la llevó a reconsiderar su futuro. Tras superar un coma, Lina decidió cambiar de rumbo: “Elegí el sector de la electricidad porque es muy demandado, especialmente en grandes empresas de energías renovables”.
Para Lina, el curso de trabajos en altura fue un hito: “Es clave si quiero entrar en este mundo”, comenta Lina con entusiasmo. “También tuvimos talleres para mejorar el currículum y prepararnos para entrevistas, que me dieron herramientas súper útiles para lo que venga”, añade.
Para Yenny Fernanda Cruz, esta es una historia es de superación personal y técnica. Después de años trabajando en sectores como el agrario o el de las telecomunicaciones, encontró en las energías renovables una oportunidad para crecer: “Este proyecto me está permitiendo adquirir conocimientos valiosos sobre tecnologías renovables y su implementación en nuestros hogares en un futuro cercano. También he vencido miedos y obstáculos que antes yo misma me ponía. Ahora tengo la plena confianza en que lo que me proponga lo lograré”.
Cada una de estas mujeres se enfrenta a desafíos únicos, pero comparten una misma meta: desarrollarse personal y profesionalmente en un sector tradicionalmente masculinizado y que, hasta hace poco, les era completamente ajeno.
La técnica sociolaboral del proyecto, Jenifer Pérez de Juan, lo explica claramente: “Es un sector con un crecimiento sostenido, impulsado por políticas que promueven el uso de energías limpias y la descarbonización. La alta demanda de profesionales especializados en esta área genera empleabilidad y estabilidad a largo plazo”. Sin embargo, continúa, “las mujeres aún enfrentan numerosas barreras. Pueden encontrarse con sesgos en la contratación o con condiciones laborales que no las permitan conciliar la vida laboral y familiar”.
La transformación de todas estas mujeres es posible gracias a la alianza entre Acción contra el Hambre y la Fundación Iberdrola España. Según Fernando García, presidente de la Fundación Iberdrola España, este proyecto “genera un espacio de crecimiento personal y profesional para estas mujeres, en un sector clave para nuestra compañía, como es el de la energía verde”.
El proyecto nace con el objetivo de promover la empleabilidad de las mujeres en situación de vulnerabilidad en Energías Renovables e Industrias 4.0. Además de en Almería, este “Vives Aprende” se está desarrollando este año en Cáceres y Ciudad Real con la participación total de 155 mujeres, de las cuales 54 ya están trabajando.
Durante 6 meses, las participantes reciben 148 horas de formación teórico-practica en las que aprenden, entre otras muchas cosas, a montar y mantener estructuras eléctricas e instalaciones de energía solar fotovoltaica. La formación se complementa con 30 horas de orientación laboral y desarrollo de competencias transversales y digitales. El itinerario termina con la realización de prácticas en empresas del sector.
El futuro que estas mujeres ven ante ellas es prometedor. “El próximo paso es conseguir trabajo, después seguir formándome. Como hija de investigadora, no soy capaz de quedarme con incógnitas sin resolver. Sin duda, esta es la punta del iceberg en mi formación”, asegura Ariadna con determinación.
Lina está convencida de que va a hacerse un hueco en el sector gracias a su motivación y a todo lo que ha aprendido. Además, se siente realmente orgullosa de saber que está trabajando para mejorar el planeta y que “las mujeres seamos embajadoras en la construcción de un mundo mejor”.
Ariadna, Lina, Yenni y todas las mujeres participantes están abriendo su propio camino en un sector lleno de posibilidades, y lo hacen no solo para ellas mismas, sino también para todas las mujeres que vienen detrás.