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Emergencia en Líbano

Emergencia en Líbano: miles de personas sin hogar, comida y agua tras la explosión de Beirut

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La explosión del pasado 4 de agosto “ha debilitado y en muchos casos interrumpido la provisión de servicios básicos en diversos barrios de Beirut y destruido parte de las redes e infraestructuras en algunos de ellos. Por ello, muchas familias dependen de la distribución de agua potable, kits de higiene y artículos de desinfección mientras se continúan los trabajos de limpieza, desescombro y rehabilitación de las redes y conexiones de agua y saneamiento. “Nuestra prioridad en estos momentos es agilizar la recuperación del acceso a los servicios básicos, facilitar la vuelta digna y segura a sus hogares de las personas que se han visto desplazadas; y estar preparados para brindar apoyo a los hospitales, centros de atención primaria y clínicas móviles, además de  proporcionar bienes de primera necesidad para aquella población que se ha visto mayormente afectada por el incidente”, apunta Beatriz Navarro, directora de Acción contra el Hambre en Líbano. En aras de mitigar los efectos de la emergencia “estamos muy atentos a agilizar y apoyar en toda labor de coordinación humanitaria entre organizaciones locales e internacionales, agencias y actores involucrados en la respuesta”, añade Beatriz.

Nuestro equipo en Líbano está evaluando la situación para ajustar la respuesta humanitaria a las necesidades de una población que ya estaba sufriendo las consecuencias de una crisis multisectorial: social, política, económica, sanitaria y de refugiados. Además, “nuestros equipos ya están sobre el terreno trabajando en la eliminación de escombros en sitios identificados mediante el despliegue de excavadoras y camiones, en coordinación y apoyo con los actores y voluntarios locales”, añade Beatriz. “Según vayan evolucionando las necesidades, la rehabilitación se complementará con la distribución de artículos no alimentarios”.

A ello se une el avance de la Covid19 en el país, donde los casos están incrementando día tras día: desde el 4 de agosto, día de la explosión, se han registrado más de 2,350 nuevos casos y 16 nuevas defunciones, elevando a 92 el número de personas fallecidas por coronavirus en el país. En este contexto, donde más de 300 000 personas se han quedado sin hogar, las medidas de prevención y distanciamiento social no se están respetando, lo que facilita la transmisión comunitaria del virus. De esta forma, hemos adaptado nuestra respuesta, integrando medidas de seguridad y protección que garanticen el trabajo de nuestros equipos y de quienes no cuentan con los medios para seguir protocolos y recomendaciones.

Al mismo tiempo, desde Acción contra el Hambre estamos planificando nuestra respuesta inmediata para apoyar a las familias desplazadas más vulnerables con dinero en efectivo para el pago del alquiler de la vivienda durante tres meses y asistencia monetaria para cubrir sus necesidades más inmediatas. La previsible escasez de alimentos y la falta de seguimiento del estado nutricional hacen que pongamos el foco en garantizar que las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, y los niños y niñas menores de cinco años puedan acceder a la nutrición específica que necesitan. A este respecto Beatriz Navarro apunta que “nos preocupa mucho el impacto de la emergencia en la seguridad alimentaria de una población que sufre la suma de múltiples crisis, lo que requiere una respuesta transversal que incluya medidas a corto y medio plazo”.

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