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Crédito: Alexis Huguet

El hambre aguda afecta ya a 28 millones en la República Democrática del Congo: Conflictos armados, falta de acceso a los servicios básicos y crisis sanitarias y climáticas agravan una crisis nutricional sin precedentes

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París/Kinshasa, 22 de abril de 2025. La inseguridad alimentaria se agrava en la República Democrática del Congo (RDC) con la intensificación de los conflictos armados, mientras que el sector humanitario experimenta una crisis de financiación sin precedentes. Acción contra el Hambre teme una crisis nutricional sin precedentes.

Según el último informe de la Clasificación Integrada de Fases de la Inseguridad Alimentaria (CIF), casi 28 millones de congoleños —más de una cuarta parte de la población— sufrirán inseguridad alimentaria aguda (Fase 3 o superior de la CIF) entre enero y junio de 2025. Esto supone 2,5 millones de personas más en comparación con las proyecciones iniciales del informe de la CIF publicado en octubre de 2024. Esta crisis se ve agravada por el conflicto armado, la pobreza sistémica, la falta de acceso a los servicios básicos y las reiteradas crisis sanitarias y climáticas. El resultado: millones de familias están agotando sus recursos, adoptando estrategias de afrontamiento negativas para tratar de satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, sin poder costear la atención sanitaria y sufriendo altos niveles de desnutrición aguda.

La situación es especialmente preocupante en el este, en las provincias de Kivu del Norte, Kivu del Sur, Ituri y Tanganyika, donde 10,2 millones de personas se encuentran en la fase 3 o superior del CIF. Entre ellos, 2,2 millones de desplazados internos, que viven en condiciones de privación extrema, se encuentran en la fase 3 o superior, incluidos 738.000 en situaciones de emergencia (fase 4). En el oeste, el 21% de la población de Mai-Ndombé, también afectada por el conflicto armado, se encuentra en la fase 3 o superior del IPC, según el IPC de octubre de 2024, y el territorio de Kwamouth, clasificado en la fase 4 del IPC en 2023, no ha visto ningún cambio positivo. “Las personas más expuestas al hambre son las poblaciones afectadas por la intensificación de los combates y que han huido de la violencia. Pierden el acceso a la tierra, los alimentos, el agua y la atención médica”, explica el director de Acción contra el Hambre en la República Democrática del Congo, Florian Monnerie. 

 

Los desafíos de la ayuda humanitaria

Ante la magnitud de estas necesidades, la ayuda humanitaria tiene dificultades para satisfacerlas. La abrupta congelación de la financiación de Estados Unidos, principal donante humanitario en la República Democrática del Congo, hace temer que la situación empeore. Movilizar fondos para ayuda humanitaria y para el desarrollo siempre ha sido un desafío en una crisis tan crónica. Hoy, debido a la falta de recursos, quienes trabajan sobre el terreno se ven obligados a suspender o reducir sus actividades. «Esto pone en riesgo miles de vidas», continúa Florian Monnerie.

Acción contra el Hambre, que tenía previsto tratar a 45.000 niños y niñas con desnutrición aguda grave en situaciones de crisis y prestar asistencia sanitaria a 360.000 niños y niñas en 2025-2026, no ha podido acoger nuevos casos desde marzo, debido a la congelación de la acción humanitaria y a la falta de pagos del donante americano. Solo los 2.000 niños que ya estaban registrados continúan recibiendo tratamiento.

En Ituri, en los centros de salud donde se suspendieron los programas de Acción contra el Hambre, la atención volvió a ser de pago. El número de consultas se ha reducido a la mitad. Por falta de recursos, muchos padres ya no pueden llevar a sus hijos a los centros de salud y el estado de los menores, sobre todo de los más pequeños, se deteriora muy rápidamente. Desde finales de marzo, Acción contra el Hambre ha identificado a 258 niños y niñas menores de cinco años que sufren desnutrición aguda grave y que no pueden recibir tratamiento. Además, hemos sabido de seis muertes de niños por desnutrición aguda grave y otras 18 muertes de niños por malaria o neumonía grave debido a que las familias no pudieron reunir los medios económicos necesarios para acceder a una atención sanitaria a tiempo.

En el territorio de Kwamouth, en Maï-Ndombé, Acción contra el Hambre es el único socio humanitario presente en los centros de salud. Desde la suspensión de las actividades financiadas por el donante estadounidense, nuestros equipos han registrado trece casos de muerte y decenas de niños que padecen desnutrición aguda grave no han podido recibir tratamiento.

“Es fundamental que los donantes se movilicen para evitar un mayor deterioro de la situación nutricional y sanitaria en las zonas de mayor riesgo”, concluye Florian Monnerie.

Presente en la República Democrática del Congo desde 1997, Acción contra el Hambre implementa programas de nutrición, salud, agua y saneamiento, en apoyo del sistema de salud congoleño y en asociación con actores locales e internacionales. En 2024 realizamos más de 424.000 consultas y atendimos a 27.819 niños y niñas por desnutrición aguda grave.

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