CRÓNICA - El hambre no debe ser un arma de guerra
En el Día Internacional de los Derechos Humanos, Acción contra el Hambre presentó en Madrid su publicación El hambre no debe ser un arma de guerra, elaborada gracias al apoyo de la Diputación de Cádiz, bajo el marco del ciclo Descifrando H, un espacio que busca analizar el hambre desde distintas miradas. El acto se convirtió en un espacio de reflexión sobre el uso del hambre como táctica de guerra y sobre la urgencia de narrar esta realidad desde el periodismo y la acción humanitaria.
La publicación que se presentaba, que muestra fotografías y testimonios recogidos por la fotógrafa Lys Arango, recoge historias de comunidades del Líbano, Colombia y República Democrática del Congo, donde el hambre se convierte en un arma que destruye medios de vida, fractura la cohesión social y amenaza la supervivencia de mujeres, hombres y menores.
La jornada incluyó una mesa redonda con Beatriz Lecumberri (El País) y Maribel Izcue (5W), dos referentes del periodismo humanitario. Izcue compartió la experiencia del proyecto editorial Comida de 5W, que durante veinte meses narró la vida de una familia en Gaza a través de los platos que comían cada día: “Los dátiles eran un alimento de luto, el arroz era símbolo de desgaste. Contar el hambre desde la comida nos permitió mostrar la dimensión colectiva y cultural de la supervivencia”.
Beatriz Lecumberri, por su parte, subrayó la dificultad de mantener el interés de los lectores ante conflictos largos y enquistados: “Hemos rebasado la capacidad de sufrimiento, pero eso no nos exime de seguir contando. Muchas de las historias que publicamos no serían posibles sin los periodistas gazatíes que arriesgan su vida cada día. El hambre es quizá lo más difícil de narrar, porque muchas veces nos faltan las palabras”. Ambas coincidieron en la necesidad de explorar nuevos formatos —podcasts, proyectos multimedia— para llegar a públicos más jóvenes y mantener viva la empatía.
El acto también contó con la intervención de Rafael de Prado y Cristina Fernández Simón, del equipo de Incidencia de Acción contra el Hambre, quienes recordaron que el derecho a la alimentación está reconocido como derecho humano fundamental y que, incluso en tiempos de guerra, sigue vigente junto al derecho internacional humanitario. “Usar el hambre como arma contra la población constituye un crimen de guerra”, subrayaron, citando la Resolución 2417 del Consejo de Seguridad de la ONU.
“El hambre es un arma barata y silenciosa, pero tan destructiva como las balas. Impedir deliberadamente que las personas puedan alimentarse es un crimen de guerra. Nuestro deber es denunciarlo”, señaló el director de Incidencia y Relaciones Institucionales de Acción contra el Hambre, Rafael de Prado.
Los datos presentados son contundentes: 295 millones de personas sufren inseguridad alimentaria aguda en el mundo, y el conflicto es el primer factor que la provoca, a través de bloqueos de ayuda humanitaria, restricciones de movilidad, destrucción de territorios y desplazamientos masivos, entre otras acciones.
Contar el hambre desde el conflicto es una urgencia ética y política. Como resumieron las periodistas, narrar estas historias no solo es un deber informativo, sino también una forma de resistencia frente a quienes pretenden convertir la comida en un arma de guerra.