

Alto el fuego sólo de palabra: continuos ataques, ocupación y desplazamientos en Líbano
Hoy se cumple un año de la escalada de hostilidades que estalló en Líbano en septiembre de 2024, tras casi un año de violencia en la frontera sur que comenzó el 8 de octubre de 2023. Según el Ministerio de Salud Pública libanés, las fuerzas israelíes mataron a más de cuatro mil personas -una media de más de tres niños al día entre octubre y noviembre de 2024- e hirieron a miles. Líbano experimentó la mayor oleada de desplazamientos internos en décadas, con 1,2 millones de personas obligadas a abandonar sus hogares, sobre todo en el sur de Líbano, la Bekaa y los suburbios del sur de Beirut. Se destruyeron infraestructuras civiles esenciales, como viviendas, hospitales y escuelas, así como tierras agrícolas.
Continuación de las operaciones militares, desplazamiento prolongado y riesgos de protección
A pesar del alto el fuego del 27 de noviembre de 2024, las fuerzas israelíes llevaron a cabo actividades militares casi a diario, especialmente en el sur de Líbano. Los ataques aéreos, los bombardeos de artillería y los ataques con aviones no tripulados dirigidos también contra la FPNUL, junto con la ocupación en curso de cinco zonas, siguen infligiendo daños considerables a la población civil, incluido el personal sanitario. Continúan las amenazas a la población civil: hasta julio de 2025, se habían confirmado al menos 260 víctimas en el país debido a ataques militares posteriores al alto el fuego, entre ellas al menos 71 civiles.

Si bien 970 000 personas han podido regresar a sus hogares, 82 000 (OIM) aún no pueden hacerlo debido a la destrucción, la ocupación en curso y la violencia. El desplazamiento prolongado ha incrementado gravemente los riesgos de protección, especialmente para las poblaciones vulnerables. Las mujeres en los refugios se enfrentan a un mayor riesgo de violencia de género, los niños y niñas se ven obligados a trabajar para ayudar a las familias que han perdido sus medios de subsistencia, y el acceso a los servicios para las personas con discapacidad es muy limitado, con muchos casos de trauma psicosocial.
La destrucción generalizada, con hasta el 25% de los edificios dañados o destruidos en el sur de Líbano, ha dejado algunas zonas inhabitables. Amnistía Internacional ha documentado la destrucción deliberada de más de 10 000 estructuras civiles, incluidas viviendas, escuelas e instalaciones de agua, entre octubre de 2024 y enero de 2025 en Líbano, muchas de las cuales fueron destruidas tras el acuerdo de alto el fuego. La destrucción de más de 60 escuelas significa que el acceso de los niños y niñas a la educación es limitado, lo que aumenta el riesgo de problemas psicosociales, trabajo infantil y matrimonio infantil. Los repetidos ataques contra infraestructuras médicas, que el derecho internacional prohíbe, han obstaculizado los esfuerzos humanitarios. Human Rights Watch señala que, aunque las viviendas sigan en pie, la falta de servicios esenciales como agua, electricidad e infraestructuras sanitarias hace inviable el retorno y aumenta la exposición a riesgos de protección. La destrucción de tierras de cultivo y sistemas de riego, así como los nuevos puestos de control que hacen inaccesibles algunas tierras en las zonas fronterizas, han dejado a muchas familias sin medios de subsistencia, lo que conduce al trabajo infantil y a la inseguridad alimentaria. El Banco Mundial ha calculado que las necesidades de recuperación y reconstrucción tendrán un coste de 11 000 millones de dólares.
Retos humanitarios y de recuperación
Un año después, la población civil del Líbano sigue atrapada en condiciones precarias. Las familias se esfuerzan por reconstruir sus vidas, mientras sobreviven en medio de la amenaza de artefactos explosivos sin detonar (UXO, por sus siglas en inglés), la posible contaminación química y las infraestructuras críticas gravemente dañadas en el sur.

Todo ello con un acceso escaso o nulo a los medios de subsistencia, lo que hace casi imposible la recuperación y la estabilidad, especialmente entre las poblaciones desplazadas y refugiadas. Aunque el acceso humanitario ha mejorado, la asistencia, así como la recuperación y la reconstrucción, siguen estando restringidas en algunas zonas debido a los continuos ataques y a la ocupación. En ocasiones, las organizaciones han tenido que limitar la prestación de servicios esenciales como alimentos, agua, suministros médicos y educación, lo que ha aumentado las dificultades económicas.
Me quedaré aquí, frente a los escombros de mi casa, aunque tenga que dormir en una tienda de campaña. Recogeré ramas de árbol para cocinar la cena para mis hijos. Aunque vuelva la guerra, no volveré a abandonar mi tierra.
La ausencia de una acción internacional decisiva ha alentado las repetidas violaciones del alto el fuego, contribuyendo a una mayor inestabilidad regional y a infracciones del derecho internacional. Las organizaciones humanitarias abajo firmantes hacemos un llamamiento a las partes en conflicto para:
- Poner fin a las continuas violaciones del acuerdo de alto el fuego, con un cese inmediato de las hostilidades.
- Garantizar la protección de los civiles, incluidos los desplazados y los que viven en zonas de primera línea, de acuerdo con las obligaciones del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH).
-
Garantizar el acceso sin trabas de la ayuda humanitaria a las poblaciones afectadas y poner fin a todos los ataques contra el personal de mantenimiento de la paz y de ayuda humanitaria.
A la comunidad internacional para:
- Situar la protección de los civiles en el centro de todos los compromisos diplomáticos, garantizando que se dé prioridad a las preocupaciones humanitarias en los compromisos con las partes en conflicto.
- Apoyar investigaciones independientes sobre violaciones del DIH y el DIDH, y activar mecanismos de rendición de cuentas para acabar con la impunidad.
- Detener la transferencia de armas y equipos militares a las partes en conflicto cuando exista el riesgo de que puedan utilizarse para cometer violaciones del DIH o exacerbar los desplazamientos.
-
Apoyar activamente la estabilidad regional mediante esfuerzos diplomáticos sostenidos para rebajar las tensiones y evitar nuevos conflictos.
A los donantes y actores de desarrollo para:
- Proporcionar financiación sostenida para la reconstrucción de infraestructuras y servicios esenciales como escuelas, clínicas, instalaciones de producción de alimentos y sistemas de abastecimiento de agua, garantizando que los esfuerzos sean inclusivos, impulsados por la comunidad y basados en los derechos para permitir retornos seguros, voluntarios y dignos.
- Dar prioridad a la financiación de la agricultura sostenible, incluida la limpieza de terrenos y la rehabilitación de UXO y la posible contaminación química, la restauración de los activos productivos y el apoyo a los pequeños agricultores para reanudar la producción.
- Garantizar la financiación de los servicios de protección, incluida la gestión de casos de violencia de género, la protección de la infancia, el apoyo a la salud mental y la acción humanitaria contra las minas, incluida la educación sobre el riesgo de los artefactos explosivos, que puede salvar vidas, en las zonas afectadas, incluidas las de primera línea.
- Apoyar la restauración de infraestructuras esenciales como escuelas, clínicas y sistemas de abastecimiento de agua para permitir retornos seguros y dignos.
Firmantes
Acción contra el Hambre - Anera - Centre Libanais des Droits Humains (CLDH) - Danish Refugee Council (DRC) - Danmission - Humanity & Inclusion (HI) - International Rescue Committee (IRC) - INTERSOS - Norwegian Refugee Council (NRC) - Save the Children International - WeWorld