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Antonio Filipinas
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AGUANTANDO: LA LUCHA DE ANTONIO POR LA SUPERVIVENCIA Y LA ESPERANZA

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En el último trimestre de 2024, una ola de tormentas azotó Filipinas, afectando especialmente a la región de Bicol. El desastre dejó comunidades devastadas y miles de familias desplazadas durante semanas. Una de las zonas más afectadas fue la provincia de Camarines Sur, donde unas inundaciones sin precedentes dejaron a los habitantes luchando por sobrevivir. Antonio Fernando, un paralítico de 60 años, se encontró atrapado cuando las aguas subieron más de dos metros, arrasando su casa y casi su vida. Casi cuatro meses después de los desastres, Acción contra el Hambre, con el apoyo de la Dirección General de Ayuda Civil y Protección Humanitaria de la Unión Europea (ECHO por sus siglas en inglés), sigue prestando ayuda a supervivientes como Antonio mediante asistencia en forma de dinero para comprar alimentos.

 
 
Tormentas que arrasan vidas

En solo un mes, entre octubre y noviembre de 2024, la región de Bicol, en particular Camarines Sur, sufrió el devastador impacto de seis tormentas consecutivas, las más destructivas de las cuales fueron la tormenta tropical Kristine y el supertifón Pepito. Aunque la región está acostumbrada a los tifones y las inundaciones, los residentes no habían presenciado inundaciones de esta magnitud en más de 30 años.

En algunos municipios, el nivel del agua alcanzó más de dos metros, superando la altura de una persona media, y sumergiendo las casas y obligando a los residentes a buscar refugio en condiciones desesperadas.

Uno de los municipios más afectados fue Minalabac, donde la devastación no solo se debió a la fuerza de las lluvias torrenciales, sino también a su proximidad al río Bicol, que se desbordó y provocó poderosas olas de inundación. En esta zona, las aguas alcanzaron los tejados, dejando a los residentes sin otra opción que luchar por sobrevivir.

Entre los supervivientes de esta catástrofe se encuentra Antonio Fernando, un hombre de 60 años de Barangay Bagombong que vive paralítico a causa de la polio. Su historia es un poderoso testimonio de la resiliencia, la supervivencia y el impacto de la ayuda humanitaria.

 
 
Se desata una pesadilla
 

El 23 de octubre, mientras la fuerte tormenta tropical Kristine azotaba la región, Antonio se encontró atrapado en su casa. Cuando se emitió una alerta de inundación por la crecida de las aguas, su esposa fue evacuada al centro de evacuación designado por el barangay en Bagongbong, Minalabac. Antonio, sin embargo, decidió quedarse, incapaz de imaginar que el agua subiría tanto, algo que no había ocurrido en más de 30 años.
 

Pronto se encontró solo, luchando por escapar y por su vida, mientras las aguas inundaban rápidamente su casa. A medida que el agua subía, se dio cuenta de la gravedad de la situación. Reuniendo todas sus fuerzas, rompió una ventana y logró subir al tejado, su única posibilidad de sobrevivir.
 

«Hice todo lo posible por subir al tejado mientras el agua subía rápidamente».

Antonio Fernando, afectado por la tormenta tropical Kristine 

 

Durante días, permaneció atrapado en el tejado, esperando a que lo rescataran. Luchó por su vida, soportando el miedo a ahogarse, el agotamiento y el aislamiento. Según él, a pesar de todas las dificultades y de su estado, su voluntad de sobrevivir y su deseo de volver a ver a su esposa le dieron fuerzas para aguantar. El rescate llegó al cabo de unos días, cuando el agua empezó a bajar.

 

Nuestras Acciones

 

Tras la tormenta, el Equipo de Respuesta a Emergencias (MERT) de Acción contra el Hambre se desplazó al lugar para responder a las necesidades inmediatas de las comunidades afectadas en Camarines Sur. 

 

camión Filipinas

En la foto: Camión de reparto de la respuesta rápida a la tormenta tropical Kristine financiada por ECHO-ACCESS, atravesando las aguas inundadas en Camarines Sur pocos días después del inicio de las inundaciones. (Foto de Brian Enriquez para Acción contra el Hambre)

Lancha Filipinas

En la foto: El equipo de Acción contra el Hambre, junto con miembros de la Oficina de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres del municipio de Minalabac, transporta en barco kits de higiene y agua de emergencia a un centro de evacuación que acoge a 20 familias desplazadas en Minalabac, Camarines Sur. (Foto de Brian Kae Enriquez para Acción contra el Hambre)

 

 

En la fase inicial de la respuesta de emergencia, nuestro equipo activó un mecanismo de respuesta rápida a través del proyecto del consorcio ACCESS, financiado por ECHO, y en menos de 48 horas tras las inundaciones, pudimos proporcionar kits esenciales de agua e higiene a las familias desplazadas en Camarines Sur.

 

Filipinas Ayuda Humanitaria

En la foto: Un agricultor de Minalabac, Camarines Sur, recibe ayuda en efectivo para recuperarse de las devastadoras inundaciones provocadas por la fuerte tormenta tropical Kristine. A través del proyecto ACCESS, las familias afectadas por la catástrofe pueden satisfacer sus necesidades alimentarias urgentes y trabajar para reconstruir sus medios de vida. (Foto de Blanche Cordero para Acción contra el Hambre)

Desde entonces, Acción contra el Hambre ha seguido apoyando a supervivientes como Antonio a través del proyecto ACCESS, proporcionando ayuda en efectivo para alimentos con el fin de satisfacer las necesidades nutricionales básicas en este momento de crisis. Se espera que la ayuda en efectivo garantice una ingesta diaria de 2100 kcal por persona durante 30 días. La familia de Antonio recibió alrededor de 9000 pesos en diciembre de 2024, justo a tiempo para las fiestas.

 

 

«Estamos muy agradecidos por la ayuda que nos han brindado Acción contra el Hambre y ECHO con esta asistencia económica. Hemos podido celebrar la Navidad con una sonrisa y con la esperanza de que todavía hay personas que se preocupan por nosotros. ¡Muchas gracias!». 

Antonio Fernando, afectado por la tormenta tropical Kristine

 

Reconstruyendo vidas, restaurando la dignidad 

 

A pesar de las dificultades a las que se enfrentó, Antonio sigue agradecido, no solo por haber sobrevivido a la tormenta, sino también por la compasión y el apoyo que le ayudaron a él y a su familia a seguir adelante. «Es bueno que Acción contra el Hambre esté ahí para ayudar a personas [necesitadas] como nosotros».

Aún marcado por esta traumática experiencia, Antonio admite que ahora tiene un miedo persistente a las inundaciones. Sin embargo, con resiliencia, espera volver a la agricultura y seguir llevando una vida sencilla, aprovechando al máximo los recursos disponibles tras la catástrofe. Por encima de todo, Antonio comparte su gratitud por el apoyo que han recibido: «Vivimos una vida sencilla y estamos agradecidos por lo que nos depare el destino».
 

La historia de Antonio es solo una de las muchas que se han vivido tras el paso de la tormenta tropical Kristine. Pone de relieve la urgente necesidad de una respuesta rápida ante las emergencias y de esfuerzos sostenidos de recuperación para ayudar a las comunidades vulnerables a reconstruir sus vidas. La dedicación del equipo de Acción contra el Hambre sobre el terreno sigue desempeñando un papel fundamental para garantizar que nadie se quede atrás en tiempos de crisis.
 

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