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Zeinab while being interviewed in the collective shelter
Zeinab while being interviewed in the collective shelter

125 personas, una cocina, un objetivo: salir adelante juntos en el Líbano

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Zeinab es originaria de Deir Al-Zahrani, en el sur del Líbano, pero había estado viviendo en los suburbios del sur de Beirut antes de que el conflicto la obligara a marcharse. Cuando la situación se agravó, ella y su familia tuvieron que tomar una difícil decisión. Con algunos parientes aún en Deir Al-Zahrani y otros en Beirut, optaron por reunirse y buscar refugio en Beit Chabeb, un lugar que ya conocían de un desplazamiento anterior en 2006.

"Conocíamos este lugar de antes. Nos pareció natural volver", dice Zeinab. "Yo también trabajo aquí con el equipo de forma voluntaria, así que ya había una conexión. Vinimos automáticamente".

En el refugio colectivo, Acción contra el Hambre, con el apoyo del Fondo Humanitario del Líbano (LHF), proporcionó ayuda esencial, incluidos artículos básicos de socorro, alimentos, artículos de limpieza y kits de higiene para mujeres. "Toda iniciativa ayuda", explica Zeinab. "Vemos todo el apoyo como un paso para volver a ponernos en pie. Incluso los esfuerzos individuales, incluso el mero apoyo moral: todo marca la diferencia".

Las necesidades del refugio seguían siendo importantes. El grupo de 125 personas desplazadas compartía una única cocina, en la que se preparaban comidas para todos. "La mayoría huimos sólo con ropa de verano. Nos fuimos cuando aún hacía calor, y ahora la gente lucha por comprar ropa más abrigada. Todavía nos faltan cosas".

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During the distribution of core relief items in the collective shelter where Zeinab is staying
Durante la distribución de artículos básicos de socorro en el refugio colectivo donde se aloja Zeinab. © Acción contra el Hambre

A pesar de todo, Zeinab siguió profundamente unida a su hogar. "Una casa es más que una estructura: es tu pequeña patria", dice. "Este [el refugio colectivo] también es mi casa, sólo que es otra parte de ella. Pero mi verdadero hogar, en torno al que he construido mi vida, es al que quiero volver. Quiero estar allí con mi familia, segura y en paz".

Para Zeinab, lo que la mantiene en pie es su sentido de la responsabilidad. "Si nos rendimos, nuestro país se rinde. Si cada uno de nosotros cae, toda la estructura se debilita", afirma. "Lo que ayuda es el apoyo que recibimos, de organizaciones como Acción contra el Hambre, de la gente que nos rodea. No todas las instituciones pueden ayudar, y el gobierno tiene dificultades, pero la gente se apoya mutuamente. Eso es lo que marca la diferencia".

En el refugio, las familias se han organizado para mantener una sensación de normalidad. "Hemos dividido las tareas, como en un hogar. Unos se encargan de cocinar, otros de limpiar, algunos ayudan a estudiar. Hemos creado pequeños comités que se encargan de que todo funcione bien. Nos ayuda a aguantar, porque intentamos vivir, no sólo sobrevivir".

Para quienes nunca han sufrido un desplazamiento, Zeinab tiene un mensaje sencillo: "Espero que nunca tengáis que hacerlo. Rezo para que nunca os enfrentéis a esto. Nosotros nos las arreglamos, pero muchos otros luchan más allá de lo que las palabras pueden explicar: económica, física y emocionalmente. Hace poco, un amigo mío tuvo que pasar dos días más en el hospital, incluso después de terminar su tratamiento, porque no podía pagar la factura. El hospital se negó a darle el alta hasta que pagara. Aquí en el refugio, juntamos el poco dinero que teníamos para ayudarle a pagar la factura del hospital para que le dieran el alta. Esa es la realidad para muchos".

Y para los responsables de encontrar soluciones, las palabras de Zeinab son claras: "Tened piedad. No estáis tratando con números o estadísticas, estáis tratando con personas. Familias, niños, ancianos. Merecen vivir con normalidad. Ya han perdido bastante".

A pesar de las dificultades del desplazamiento, Zeinab siguió centrada en mantener unida a su familia y conservar una sensación de normalidad. Su historia refleja la difícil realidad a la que se enfrentan las personas desplazadas por los conflictos y pone de relieve la importancia de seguir recibiendo ayuda humanitaria. A través de iniciativas como el proyecto denominado "Respuesta de emergencia multisectorial a gran escala" centrada en la seguridad alimentaria, la asistencia básica, el agua, el saneamiento y la higiene, la nutrición y el apoyo sanitario a personas vulnerables en las provincias del Sur y Nabatiyeh, ejecutado por Acción contra el Hambre con el apoyo del Fondo Humanitario del Líbano (LHF), familias como la de Zeinab reciben asistencia esencial -incluidos alimentos, artículos de higiene y otros artículos de primera necesidad- que les ayuda a superar este difícil periodo con dignidad.

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