Honduras en Estado de Emergencia por inundaciones que ya afectan a más de 73 000 personas
Honduras vive sus últimas horas bajo el agua. Las inundaciones en el Valle de Sula, al norte del país, generadas por las lluvias torrenciales y el desbordamiento del río Ulua, llevaron al Ejecutivo a declarar el Estado de Emergencia Nacional por un período de 90 días el pasado 24 de septiembre. Seis días después se registraban 73 094 personas afectadas en todo el territorio. Solo en el departamento de Cortés, uno de los más afectados por las inundaciones, se cuentan 18 416 evacuaciones, 6.868 familias afectadas y 5.331 personas albergadas. Además, según alerta el Centro estadounidense Nacional de Huracanes y Centro de Huracanes del Pacífico Central, se espera la llegada de un huracán este fin de semana en la misma zona del norte de Honduras afectada por las inundaciones.
Esta situación ha llevado a mantener la alerta roja en cuatro municipios de este departamento, a tres municipios del departamento de Yoro y el ramal del Tigre en Tela Atlántida, además de situar a otros ocho departamentos en alerta amarilla y cuatro en alerta verde. Se ha solicitado apoyo a la red humanitaria y a la cooperación internacional para atender durante la alerta en el país las diferentes necesidades a las que se enfrentan las personas afectadas.
Desde el inicio de la emergencia, los equipos de Acción contra el Hambre participan en los diferentes espacios de coordinación y están respondiendo junto con sus aliados estratégicos, otras ONG y entes gubernamentales e internacionales, adaptando los proyectos en desarrollo en la zona.
Acción contra el Hambre, que trabaja en Centroamérica desde 1996, ha desplazado a un equipo multidisciplinar para recabar información en los municipios de Villanueva, San Manuel y La Lima, tres de los municipios con mayor grado de afectación y donde ya había trabajado en la respuesta de emergencia tras el paso de los huracanes ETA e IOTA. De manera coordinada con los Comités de Emergencia Municipales (CODEM), se ha efectuado una evaluación de daños y análisis de las necesidades centrada en la población evacuada y alojada en albergues, identificando los daños en la infraestructura en las comunidades.
Las acciones humanitarias se centran en dos albergues por municipio. Hasta la fecha, se ha atendido a 150 mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y a 450 niños y niñas menores de 5 años. También se están creando espacios seguros de lactancia y distribuyendo kits de cuidado infantil. Se ha garantizado el acceso mínimo al agua en estos albergues, además de suministrar kits de higiene personal, complementándose con una búsqueda de la mejora de las condiciones hidrosanitarias.
Por otro lado, se prevé la entrega de 300 cupones de alimentos a familias en coordinación con establecimientos de la zona- También se realizarán actividades de limpieza y reparación de las infraestructuras comunitarias de agua para garantizar el acceso a agua potable de la población en cuanto bajen las aguas.
Cambio climático y migraciones en el corazón de Centroamérica
En 1974 fue el huracán Fifí. En 1998, Mitch, cuando casi 6 000 perdieron la vida por inundaciones y deslizamientos de tierra. En 2020 llegaron Eta e Iota, que azotaron Honduras con apenas dos semanas de diferencia y que dejaron al Valle de Sula bajo el agua, a más de un centenar de personas fallecidas y a 3,5 millones de damnificadas. En 2022, inundaciones.
Honduras es uno de los países más vulnerables al cambio climático, según el Índice global de Riesgo Climático (Climate Risk Index, CRI). Los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes e intensos. Noelia Monge, coordinadora del equipo de emergencias de Acción contra el Hambre, que se encontraba en el terreno para responder a la emergencia tras el paso de los huracanes Eta e Iota, expresó en unas declaraciones de las que se hizo eco la Agencia EFE que las consecuencias de los desastres en este país podrían empeorar “dadas las condiciones de recurrencia y deterioro de las condiciones de vida” de la población.
A este contexto se le suma el endurecimiento de la situación migratoria en la frontera sur del país. La crisis migratoria en Honduras alcanza números nunca registrados desde 2018, y es uno de los elementos que también están afectando a la garantía de acceso a agua y saneamiento y están haciendo aumentar las atenciones nutricionales.
Ante la creciente complejidad y recurrencia de emergencias en Honduras y otros países del mundo, Acción contra el Hambre alerta de la necesidad de aumentar fondos flexibles y ágiles que permitan responder con la rapidez y eficiencia necesarias.