SIERRA LEONA: UNA CRISIS ALIMENTARIA EN UN CONTEXTO DE CRISIS ECONÓMICA
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En la última década, Sierra Leona ha enfrentado diversas crisis, como la epidemia de ébola, la COVID-19 y fenómenos climáticos recurrentes. Estos eventos han debilitado al país costero de África occidental, causando un deterioro económico significativo.
En Sierra Leona, se estima que el 81% de la población, es decir, más de 6 millones de personas, sufre inseguridad alimentaria (el 66% en situación de inseguridad alimentaria moderada y el 15% en situación de inseguridad alimentaria grave). Las evaluaciones realizadas durante el mejor periodo del año (octubre/diciembre, periodo de cosecha) mostraron un nivel de inseguridad alimentaria inusualmente alto.
Según las últimas previsiones¹, durante el periodo junio-agosto de 2023, Sierra Leona debería tener un 15% de su población (alrededor de 1,1 millones de personas) en fase 3 o superior, incluyendo personas en situación de emergencia (fase 4) en los dos distritos de Bonthe, Kaila y Kailahun.
"La situación en Sierra Leona no se considera una crisis humanitaria, y, sin embargo, asistimos desde hace casi dos años a un deterioro real de las condiciones de vida y a un aumento constante de la inseguridad alimentaria", advierte Antoine Esteban, director nacional de Acción contra el Hambre en Sierra Leona.
"En Bonthe, uno de los distritos más pobres en los que operamos y una de las zonas con mayor inseguridad alimentaria del país, la mayoría de los miembros de la comunidad han informado de que sus hogares comen ahora la mitad de arroz que el año pasado, y sólo una comida completa al día en lugar de las dos o -tres comidas a las que estaban acostumbrados", añade. La pobreza extrema y la crisis económica del país impiden a la población satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. Alrededor del 50% de la población no consume suficientes alimentos.
La última sacudida económica desencadenada por la pandemia de Covid-19 ha empeorado una situación ya crítica y ha puesto al país al borde del colapso. El pasado verano se produjeron violentas manifestaciones contra el alto coste de la vida, con miles de manifestantes que salieron a la calle para exigir una reducción de los precios del combustible y ayuda económica.
Como consecuencia, los precios, especialmente los de los alimentos, se dispararán un 46,7% en diciembre de 2022 (frente al 19% en 2021). El país también está experimentando una depreciación de la moneda local frente al dólar/euro (70% en sólo un año). El aumento del precio del combustible en más del 100% en un año está teniendo un efecto dominó en los precios: mayores costes para la población y para los agricultores en su producción.
En la inseguridad alimentaria de Sierra Leona también influye la alarmante caída de la producción local de alimentos debido a los altos precios de los insumos, las condiciones climáticas extremas y los conflictos entre ganaderos y productores de cultivos: en 2022, el 29% de los agricultores plantaron menos que en un año normal y el 38% vieron caer su cosecha.
SALUD MATERNA Y CAMBIO CLIMÁTICO, PRIORIDADES DE ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE
Desde hace más de 30 años, Acción contra el Hambre lleva a cabo actividades en el país y contribuye a reforzar el sistema sanitario, con especial atención a la prevención y el tratamiento de la malnutrición, dirigidas a menores de 5 años, mujeres embarazadas, y lactantes y adolescentes.
Para hacer frente a los riesgos asociados al cambio climático, Acción contra el Hambre también está ejecutando proyectos de adaptación y mitigación del cambio climático, cuyo objetivo es aumentar la productividad de los cultivos y mejorar la capacidad de los agricultores.
La organización también colabora con la Agencia Nacional de Gestión de Desastres y el Instituto Meteorológico de Sierra Leona para mejorar el sistema de alerta temprana de inundaciones y respuesta rápida de emergencia del país.
"A través de nuestros programas, estamos actuando de forma sostenible sobre las causas estructurales del hambre, y hemos visto sorprendentes avances en la reconstrucción, incluso frente a numerosos desafíos como el ébola. Sin embargo, la financiación de la ayuda humanitaria no está a la altura de los retos actuales", afirma Esteban. "En este contexto de crisis económica y ante la proximidad de las elecciones nacionales, debemos recordar la importancia de financiar crisis olvidadas como ésta".
A largo plazo, la subida de precios, unida a los efectos del cambio climático, tendrá consecuencias nefastas para la población, que tendrá que recurrir a estrategias de adaptación de emergencia, aumentando el riesgo de malnutrición entre los más vulnerables.
