Níger: 2,3 millones de personas en crisis alimentaria y la ayuda que no puede llegar
ONG internacionales, entre ellas Acción contra el Hambre, alertan de la crisis humanitaria en el país y exigen medidas inmediatas
Con Gaza como prioridad, no podemos olvidar otras emergencias como la de Sudán y las de los países del Sahel. Níger se enfrenta a crisis múltiples e interconectadas, entre ellas la inseguridad alimentaria crónica, inundaciones, los efectos del cambio climático, la pobreza estructural y la debilidad de los servicios sociales básicos. Además, el deterioro de la situación de seguridad en las regiones de Tillabéry, Diffa, Tahoua y Maradi ha obligado a más de 700.000 personas a desplazarse forzosamente en el interior del país. A todo ello se han sumado recientemente las consecuencias de sanciones impuestas al país tras el golpe de Estado del 26 de julio de 2023.
Los resultados de los trabajos del Marco Armonizado en noviembre de 2023 indican altos niveles de inseguridad alimentaria, con actualmente 2,3 millones de personas en crisis alimentaria. Esta cifra representa más del doble de personas afectadas que en la misma época en 2022. La mitad de ellas son niños y niñas. En tan solo 3 meses (entre agosto y octubre de 2023), más de 258.000 de menores con malnutrición aguda fueron ingresados en los servicios sanitarios, incluidos más de 111.000 casos graves.
ONG internacionales, entre ellas Acción contra el Hambre, advierten de que la crisis humanitaria en Níger podría agravarse en 2024 si no se toman con rapidez medidas concretas. Se calcula que 4,5 millones de personas necesitarán a asistencia humanitaria en 2024. Es probable que la situación empeore aún más durante la temporada de escasez, con la posibilidad de que 3,2 millones de personas no puedan satisfacer sus necesidades alimentarias y nutricionales (frente a 2,9 millones en 2023).
La situación es alarmante, pero la ayuda no puede llegar. Tras el 26 de julio de este año, la suspensión de las relaciones comerciales y financieras impuestas por la CEDEAO siguen vigentes, así como la decisión de las autoridades nigerinas del cierre de las fronteras con Benín y Nigeria, que ha provocado el bloqueo de suministros de medicamentos, vacunas e insumos esenciales. Esta situación está produciendo una escasez de medicamentos y la falta de acceso a la atención sanitaria y a servicios de salud para las poblaciones vulnerables, con un riesgo de aumento de la morbilidad y la mortalidad, especialmente en las zonas de acceso limitado debido a las condiciones de seguridad.
La decisión de algunos donantes de suspender la ayuda al desarrollo también tendrá un impacto significativo en el acceso a servicios sociales básicos. Casi el 65% de la población objetivo del Plan de Respuesta Humanitaria (HRP) de 2023 no está recibiendo ayuda vital debido a las persistentes limitaciones. Millones de personas podrían quedarse sin asistencia debido a la escasa financiación y a las restricciones al acceso humanitario.
Acción contra el Hambre junto con otras organizaciones internacionales exige poner en marcha medidas inmediatas para prevenir que se erosione, aún más, la protección comunitaria y de las poblaciones vulnerables. Entre otras, algunas de las recomendaciones son:
- Facilitar y garantizar la entrega de ayuda por tierra y aire para apoyar actividades que satisfagan las necesidades básicas de las personas vulnerables en Níger. Esto se consigue abriendo la frontera terrestre de Níger con Nigeria y Benín para el paso de la ayuda humanitaria.
- Facilitar el acceso del personal humanitario allí donde sea necesario, especialmente en las zonas de difícil acceso.
- Reiteramos nuestro llamamiento a la CEDEAO y a sus Estados miembros para que introduzcan formalmente exenciones humanitarias en el régimen de sanciones contra Níger.
- Es imperativo que los donantes que han suspendido o reducido su apoyo financiero reconsideren su decisión para permitir a quienes trabajan con poblaciones vulnerables satisfacer al menos las necesidades expresadas en el Plan de Respuesta Humanitaria.