Las formaciones a matronas salvan vidas
Um Ibrahim es una joven madre de cuatro hijas y dos hijos y está embarazada de su séptimo hijo, Alaa Aldeen. Viven en un pueblo remoto. Su marido, que trabaja como jornalero agrícola y gana poco más de un dólar al día, es el único sostén de la familia.
Su pueblo carece de servicios sanitarios, aparte de la matrona Khawla, quien hace unos meses asistió a una formación sobre atención materna y neonatal básica en emergencias (BEMONC), impartido por Acción contra el Hambre, financiada por la Unión Europea. El objetivo de la formación fue fortalecer la experiencia que con la que ya cuentan las matronas y enriquecer sus conocimientos y habilidades a través de nueva información y experiencia práctica. Cubre una variedad de temas esenciales para ellas, comenzando por la atención durante el embarazo. Además, las matronas reciben capacitación sobre desnutrición en mujeres embarazadas y lactantes, parto seguro, atención posnatal y muchos otros temas.
"Un día, mientras mi esposo estaba en el trabajo, sentí un dolor intenso y comenzó el parto. Llamé a mi marido y le dije que volviera rápido a casa y buscara una matrona. Vinieron media hora más tarde, mientras el dolor iba empeorando", dijo Um Ibrahim.
"Cuando llegamos, le realicé un chequeo rápido y descubrí que su cuello uterino estaba muy dilatado, unos 7 centímetros. El cordón umbilical había salido antes que el feto, cortándole el oxígeno y los nutrientes debido a la presión sobre el cordón. Gracias a mi formación, sabía que tenía que derivarla al hospital más cercano para que le practicaran una cesárea", explicó Khawla.
El padre, Abo Ibrahim, rápidamente encontró un coche para llevarlos al hospital más cercano, que se encuentra a unos 40 kilómetros de distancia. Debido al mal estado de la carretera, el conductor exigió un precio elevado que la familia no podía afrontar. Khawla salió de la casa y trató de encontrar otro camino hasta el hospital. Cuando regresó, descubrió que algo grave había sucedido. "Cuando regresé, vi algo extraño. Los ojos de Abo Ibrahim estaban llenos de lágrimas y me dijo que el niño había nacido sin signos de vida. No lloraba ni respiraba".
"Rápidamente revisé los latidos del corazón con el estetoscopio y gracias a Dios lo encontré. Recordé la formación sobre los minutos de oro en la vida de un recién nacido y le realicé la reanimación pulmonar. Puse mi boca sobre la boca del bebé, presionando suavemente el pecho y soplando aire al mismo tiempo. Tras aproximadamente un minuto, que pareció durar una eternidad, el bebé empezó a llorar. "Todos lloramos de alivio", cuenta Khawla con orgullo.
"Cuando vi a Khawla tratando de revivir a mi bebé, fueron unos momentos indescriptibles, como a cámara lenta, pero nada se podía comparar con la felicidad que sentí cuando lo escuché llorar”, explica Um Ibrahim con lágrimas en los ojos
Ahora, con casi tres meses, el bebé Alaa Aldeen goza de buena salud y no sufre secuelas por las complicaciones durante el parto. “No es la primera vez que estoy agradecido a Acción contra el Hambre. Trajeron agua a nuestra ciudad y ahora han salvado la vida de mi hijo. Gracias, Acción contra el Hambre, una y otra vez”, dijo Abo Ibrahim.
Khawla destacó la importancia de las formaciones que recibió: "Me había enfrentado a esta situación dos veces antes y en ambas ocasiones salió mal, a diferencia de la situación de Alaa Aldeen. Así que creo que no se trata sólo de adquirir nuevos conocimientos, sino de salvar vidas. Sigan con estas formaciones".