La vida después del terremoto en Turquía: desempleo y falta de mano de obra frenan la recuperación de las comunidades afectadas
Acción contra el Hambre presenta el informe "Fortaleciendo comunidades: recuperación socioeconómica en la Turquía post terremoto" en colaboración con Support to Life (STL)
Un año y medio después de los devastadores terremotos que azotaron Turquía en febrero de 2023, las comunidades afectadas siguen enfrentándose a desafíos críticos para su recuperación socioeconómica. Un nuevo informe titulado "Fortaleciendo comunidades: recuperación socioeconómica en la Turquía post terremoto", elaborado por la ONG española Acción contra el Hambre y la organización turca Support to Life (STL), revela que la escasez de mano de obra cualificada y los grandes retos a los que se enfrenta el empleo formal están entre los principales obstáculos para la reactivación económica de las regiones más golpeadas por este desastre.
“Además de la devastación de infraestructuras y hogares y la muerte de más de 55.000 personas, nuestro estudio pone de manifiesto que el terremoto provocó una disminución del 23,6% en la fuerza laboral formal, una cifra que supera el 50% en las zonas más afectadas. A ello se suman que muchos de los trabajadores especializados han dejado la zona, quedando un vacío en sectores clave donde se necesita mano de obra cualificada, como la construcción, lo que ralentiza gravemente los esfuerzos de reconstrucción y recuperación socioeconómica”, explica el director de Acción contra el Hambre en Turquía, Daniel Martín Santos, durante la presentación del informe que se centra en seis provincias gravemente afectadas: Adana, Adıyaman, Hatay, Kahramanmaraş, Malatya y Mersin.
Desafíos en la recuperación socioeconómica
Las pequeñas y medianas empresas (pymes), columna vertebral de la economía en dichas provincias, han sufrido importantes pérdidas de infraestructuras y equipos, viéndose muchas de ellas incapacitadas para reanudar sus actividades. En este contexto, el informe subraya la necesidad urgente de ofrecer programas de formación vocacional que preparen a la población para contribuir a la reconstrucción de sus comunidades, especialmente en oficios como por ejemplo la restauración de muebles, la construcción y la electricidad.
Además, las mujeres y los refugiados sirios figuran entre los grupos más vulnerables tras el terremoto. Las dificultades económicas, junto con los altos costos de transporte y la precariedad de la vivienda, complican el acceso al mercado laboral de estos grupos. Por su parte las mujeres enfrentan barreras adicionales relacionadas con los de roles de género tradicionales y la falta de seguridad en el entorno laboral, lo que agrava su situación de vulnerabilidad y dependencia de la asistencia social y ayuda humanitaria.
“Comenzamos a trabajar en Turquía pocas horas después de los terremotos del 6 de febrero con nuestro equipo especializado en emergencias. Seguimos comprometidos a día de hoy con una buena reconstrucción que permita que la población de estas regiones se recupere de forma sostenible y equitativa”, señala la responsable regional de Acción contra el Hambre para Oriente Medio, Natalia Anguera.
Recomendaciones para una recuperación inclusiva
Para ello, Acción contra el Hambre y Support to Life (STL) han identificado cuatro áreas clave en las que intervenir: revitalización económica, formación y desarrollo de las capacidades de las personas, apoyo psicosocial, cohesión y el fortalecimiento de las alianzas locales.
La diversificación de la economía local es crucial para reducir la dependencia de productos agrícolas de bajo valor. Esto incluye el fomento de sistemas alimentarios regionales, el apoyo a los pequeños agricultores y la mejora de infraestructuras. Además, se recomienda alinear los programas de formación con las necesidades post desastre para que las personas de todas las comunidades, incluidas las desplazadas por el terremoto, puedan participar en la recuperación.
En respuesta a la escasez de mano de obra cualificada, el informe propone fortalecer la capacitación en sectores clave como la construcción y las reparaciones, y también en competencias digitales y emprendimiento. Los programas cortos de formación, especialmente en áreas rurales, pueden ofrecer soluciones rápidas y eficaces. Además, mejorar las habilidades sociales, como la empatía y la comunicación, es esencial para fortalecer la cohesión social y facilitar la integración de las personas que siguen viviendo en los albergues temporales.
Por otro lado, la integración del apoyo psicosocial en los programas institucionales y sociales de promoción de medios de vida es fundamental para motivar a las personas a reincorporarse al mercado laboral. También se recomienda adoptar una transición gradual desde la dependencia de la asistencia social hasta el empleo, superando los obstáculos culturales a través de campañas de concienciación.
Por último, es esencial aprovechar el conocimiento y las capacidades locales para adaptar las intervenciones a las realidades culturales y socioeconómicas de cada región. Fomentar alianzas con el sector privado y las agencias públicas locales permitirá un enfoque más eficaz en la reconstrucción. También es importante ofrecer apoyo financiero y técnico a los negocios locales, con el fin de promover el emprendimiento y el desarrollo sostenible.