La situación humanitaria en Yemen sigue siendo preocupante tras 8 años de conflicto
Ahood es una niña que vive en la Gobernación de Al Hodeidah con sus padres. Sufre complicaciones de malnutrición. Su familia sólo recibe a veces una comida al día. Debido a la guerra, su padre no puede encontrar trabajo para alimentar a su familia. Por desgracia, la historia de Ahood es común en Yemen.
Una trabajadora comunitaria mide la circunferencia del brazo de Ahood, una niña yemení que sufre complicaciones por malnutrición © Acción contra el Hambre.
La escalada del conflicto en Yemen desde marzo de 2015 ha generado una de las peores crisis humanitarias del mundo que afecta a la vida de millones de yemeníes. Los años de conflicto han exacerbado las vulnerabilidades existentes; los servicios públicos han dejado de funcionar y las actividades económicas se han colapsado, aumentando la dependencia de la ayuda humanitaria. 23,4 millones de personas necesitan ayuda humanitaria para cubrir sus necesidades básicas. De ellas, 21,9 millones necesitan urgentemente apoyo sanitario y 8,1 millones apoyo nutricional, principalmente mujeres y niños.
La inseguridad alimentaria está alcanzando niveles sin precedentes y casi 20 millones de personas sufren altos niveles de inseguridad alimentaria.
El conflicto y la crisis económica resultante siguen siendo los principales motores de la inseguridad alimentaria. La disponibilidad nacional de alimentos no es suficiente para cubrir las necesidades de la población, lo que la empuja a depender en gran medida de los productos alimentarios importados. Sin embargo, la depreciación del rial yemení frente al dólar estadounidense y la persistente escasez de combustible han provocado un aumento significativo del precio de los productos alimentarios que se importan, haciendo que la cesta mínima de alimentos sea inasequible para gran parte de la población del país.
Además, 18 millones de personas carecen de acceso a los servicios sanitarios básicos y sólo la mitad de los centros de salud funcionan a pleno rendimiento. Casi el 82% de los distritos necesitan asistencia sanitaria urgente. La necesidad es aún mayor para las mujeres y los niños, ya que sólo el 20% de los centros de salud pueden prestar servicios integrados materno-infantiles. Además, estos centros de salud se enfrentan a frecuentes desabastecimientos de suministros médicos y medicamentos, así como a la falta de personal médico formado. La pandemia de COVID 19 ha reducido aún más la disponibilidad de servicios sanitarios en Yemen, exponiendo a mujeres y niños a un mayor riesgo de desnutrición.
Los servicios públicos esenciales, incluidos los de salud y nutrición, así como los de agua, higiene y saneamiento (WASH), también se han visto ampliamente afectados por los años de conflicto. El acceso limitado a estos servicios básicos, combinado con los elevados niveles de inseguridad alimentaria, contribuyen en gran medida al deterioro de la situación nutricional en todo el país y al aumento del riesgo de brotes de cólera.
Para hacer frente a estas necesidades, Acción contra el Hambre está apoyando la prestación de servicios integrados de salud, nutrición y agua, saneamiento e higiene en los centros de salud de las provincias de Al Hodeidah y Hajjah, con el fin de contribuir a la reducción de la mortalidad por malnutrición y enfermedades infantiles, especialmente entre las mujeres embarazadas y lactantes, así como entre los niños menores de cinco años.
Acción contra el Hambre trabaja en Yemen desde 2013. Desde el comienzo de la guerra en 2015, nuestros equipos han puesto especial énfasis en aliviar el sufrimiento de los desplazados internos y las comunidades de acogida vulnerables. Mantener la presencia operativa en algunas de las zonas más afectadas del país y apoyar a las personas de más difícil acceso sigue siendo nuestro mayor reto.
Acción contra el Hambre desarrolla programas de nutrición y salud en las gobernaciones de Hodeidah, Hajjah, Abyan y Lahj, especialmente para apoyar a las mujeres embarazadas lactantes y a los niños menores de cinco años que sufren de desnutrición aguda moderada y grave. Esto también implica la formación de trabajadores sanitarios y la sensibilización de las comunidades. La respuesta de Acción contra el Hambre también incluye el refuerzo del acceso al agua, la higiene y el saneamiento mediante la rehabilitación de puntos de agua y letrinas, la promoción de la higiene y la distribución de kits de higiene.
