La pobreza como fuente de malnutrición en Antananarivo
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Durante el último año, la ONG ha adaptado su trabajo para abordar mejor los problemas a los que se enfrenta la población local, en particular mediante el apoyo a 4 puntos nutricionales y la creación de un centro social de la asociación AKANY TAFA.
AKANY TAFA, UN CENTRO SOCIAL DE LUCHA CONTRA LA POBREZA
En este día de mayo, el invierno empieza a hacerse sentir en la capital malgache. Sin embargo, en el barrio de Antohamadinika, el humo de la quema de montones de basura amontonados al aire libre deja una sensación de calor sofocante.
Fue en este barrio obrero, considerado uno de los más precarios e insalubres de Antananarivo, donde Rodolphe Ulrich FENO, trabajador psicosocial de Action contre la Faim, visitó a Felana, una joven madre de 21 años.
Ella le pidió que se sentara en la única silla, no lejos de su cama, que domina este pequeño y estrecho espacio donde viven sus padres, sus hermanos y su hija Gardi, de 27 meses. Rodolphe fue a casa de Felana para comprobar el estado de salud de Gardi. Gardi sufría desnutrición: "Estaba bastante débil y no jugaba como los demás niños", explica Felana. "Por eso fui al centro social, porque pensé que estaba desnutrida".
Ese mismo día, Felana, acompañada de Gardi, acudió a una revisión del estado nutricional de su hija, tras haber sido consultada por dos trabajadores comunitarios del centro. Gardi pesa ahora 8 kg 800, y su estado ha mejorado tras varias semanas tomando Plumpy Nut, un alimento terapéutico a base de cacahuetes.
Gestionado conjuntamente con la ayuda de 8 socios, AKANY TAFA es un centro de apoyo social para el bienestar de las familias, en particular mujeres y niños. "Es un primer puerto de escala para los residentes locales que no tienen acceso a atención sanitaria, planificación familiar, servicios psicosociales, asistencia administrativa o jurídica, o que buscan una mano amiga en su vida profesional", explica Rodolphe. El centro pretende ser un lugar seguro para las personas vulnerables que necesitan servicios gratuitos que respondan a sus necesidades. "Acogemos a unas 15 personas al día", explica.
En medio de otras mujeres y niños que han acudido para la ocasión, Felana asiste a una sesión de sensibilización sobre la higiene y la higiene menstrual en particular. Estas mujeres, un poco avergonzadas, ríen entre ellas y escuchan atentamente los consejos de Andrianiry FIHARIANTSOA, movilizadora comunitaria de Acción contra el Hambre. "Se crea un verdadero vínculo de confianza con las familias", añade Andrianiry. "Algunas nos confían que prefieren venir a AKANY TAFA antes que a los Centros de Salud Básica de la ciudad porque saben que aquí son bienvenidas y no serán juzgadas", añade.
Es este vínculo de confianza el que Aurore, que es comadrona desde hace 15 años y trabaja para la ONG malgache FISA (Fianakaviana Sambatra), especializada en planificación familiar y socia del centro social, intenta establecer con las mujeres que atiende. En una sala más íntima, Aurore examina a una joven que quiere un implante anticonceptivo. "Sorprendentemente, la mayoría de las mujeres optan por la anticoncepción de larga duración porque no quieren tener más hijos, para poder tener un buen trabajo y mantener a su familia", dice Aurore. "La situación es realmente alarmante para estas jóvenes, la mayoría de las cuales no tienen suficiente para comer y prefieren pasar sin nada para alimentar a sus hijos".
LA DESNUTRICIÓN INFANTIL, UN PROBLEMA POCO ABORDADO
Además del centro social, los equipos de Acción contra el Hambre apoyan la creación y el funcionamiento de 4 centros comunitarios de nutrición gestionados por el Ministerio de Sanidad. En estos lugares, gestionados por los Fokontany (consejos municipales de los barrios de la ciudad), los agentes comunitarios formados por Acción contra el Hambre organizan sesiones de promoción y seguimiento del crecimiento de los niños, así como revisiones y demostraciones de cocina.
En una estrecha sala cedida por el Faami Fokontany, Faniry, trabajadora comunitaria, recibe a las madres que quieren conocer el estado nutricional de sus hijos.
"Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, sufría desnutrición. Así que fui al centro de Acción contra el Hambre, donde recibí tratamiento", cuenta Faniry. "Luego participé en sesiones de formación, que me parecieron muy interesantes y divertidas. Por eso decidí convertirme en trabajador comunitario, lo que me gusta especialmente porque puedo ayudar a la comunidad, sobre todo a la gente de mi Fokontany, puedo darles consejo y orientación y eso me gusta mucho".
Si se detecta un caso de desnutrición aguda grave, los agentes remiten a las familias al CSB más cercano o al hospital si hay complicaciones, para que el niño pueda ser controlado médicamente en un CRENI (Centro de Recuperación de Educación Nutricional e Intensiva).
"En los últimos 3 años, la atención se ha centrado en la sequía del sur de Madagascar. Sin embargo, la situación en la capital no es menos importante", explica Annick Rakotoanosy, coordinadora de la base de Antananarivo de Acción contra el Hambre Madagascar.
Solo en la capital, hay una prevalencia de desnutrición global crónica de casi el 50% y una tasa de desnutrición global aguda que se acerca al 5%, según las últimas cifras de la encuesta de nutrición SMART realizada en 2019.
"En Madagascar, y más concretamente en Antananarivo, la pobreza es la causa fundamental de la desnutrición crónica. Esta desnutrición provoca un retraso del crecimiento y tiene un impacto considerable en la salud y el desarrollo intelectual de los niños", añade Annick.
El gobierno malgache y los donantes no prestan suficiente atención a la desnutrición crónica. Los fondos se movilizan más para responder a las emergencias en el Sur, y sobre todo en el Sureste, en detrimento de este problema fundamental, que afecta a la capital y más en general a la parte central de la isla.
Los equipos de Action contra el Hambre y sus socios buscan actualmente financiación para proseguir su labor entre los habitantes más vulnerables de la capital.