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un trabajador humanitario de Acción contra el Hambre en Gaza revisa paquetes de comida para su distribución a las personas desplazadas por el conflicto
Un trabajador humanitario de Acción contra el Hambre en Gaza revisa paquetes de comida para su distribución a las personas desplazadas por el conflicto © Acción contra el Hambre

El riesgo de hambruna se ha extendido a toda la población en Gaza

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REACCIÓN AL ÚLTIMO INFORME DE SEGURIDAD ALIMENTARIA EN GAZA DE LA ONU
  • El análisis del IPC detalla que toda Gaza está experimentando niveles de inseguridad alimentaria de Emergencia (Fase 4), mientras que casi medio millón de personas se enfrentan a niveles catastróficos de inseguridad alimentaria aguda (Fase 5), el nivel más alto de la clasificación. Además, es muy probable que la situación se deteriore rápidamente hasta convertirse en hambruna debido a la imprevisibilidad del conflicto y a los desafíos humanitarios. Es necesario actuar con urgencia para detener la hambruna y el agravamiento de la situación.
  • A pesar de las dificultades extremas a las que se enfrenta, Acción contra el Hambre ha llegado a más de 800 000 personas con actividades de nutrición, distribución de alimentos, y servicios de agua, saneamiento e higiene desde octubre de 2023 en Gaza, donde trabaja desde 2005. 

El hambre y los impedimentos al trabajo humanitario están siendo utilizados como armas de guerra en Gaza, tal como demuestra el último análisis de inseguridad alimentaria del IPC.”, declara Natalia Anguera, responsable de Operaciones de Oriente Medio de Acción contra el Hambre.

Toda la población en la Franja de Gaza corre riesgo de hambruna y padece una gran inseguridad alimentaria, según la alarmante declaración publicada hoy por la Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés). Las familias de Gaza siguen enfrentándose a un acceso totalmente insuficiente a alimentos nutritivos: en diciembre de 2023, el informe del IPC indicaba que 2 de cada 10 gazatíes estaban a un paso de la hambruna; en marzo de 2024, las cifras revelaban que 5 de cada 10 lo estaban. Ahora, aunque la cantidad de personas en las Fases 4 y 5 ha disminuido gracias a las entregas de alimentos y la atención nutricional proporcionadas en el norte en los últimos meses por ONG como Acción contra el Hambre, según el análisis, la población que está en riesgo de sufrir hambruna se ha ampliado a toda la Franja de Gaza.

Para el IPC, una hambruna solo existe cuando es posible comprobar que las condiciones de inseguridad alimentaria, desnutrición y mortalidad alcanzan determinados umbrales. “La obstrucción de los movimientos de los trabajadores de ayuda humanitaria a lo largo de la Franja y, por tanto, la imposibilidad de recopilar datos suficientes genera mucha incertidumbre sobre la situación en Gaza, especialmente sobre la de los más vulnerables. Si las partes en conflicto y la comunidad internacional esperan a actuar hasta que se clasifique la hambruna, será demasiado tarde. Habremos fracasado colectivamente en salvar muertes evitables", explica Anguera. 

“Hoy sabemos que más de la mitad de los 2,3 millones de personas que hay en Gaza no tiene comida en casa. Esto no debe continuar ni un día más. Es urgente que organizaciones humanitarias como la nuestra podamos llegar a todas las personas que lo necesitan”, afirma Anguera. 

La disponibilidad de alimentos básicos es extremadamente limitada, y la grave inflación de los precios ha creado barreras económicas que impiden a las personas acceder a los pocos alimentos disponibles. “Es importante recordar que, incluso cuando las familias consiguen algo de comida, muchas no tienen utensilios de cocina, agua o combustible con los que procesar los alimentos. La población ya es muy frágil. La única forma de prevenir y detener la hambruna es con un alto el fuego que permita una respuesta humanitaria multisectorial completa”, explica Hélène Pasquier, responsable de Seguridad Alimentaria y Medios de Vida de Acción contra el Hambre.

“La mayoría de las tierras agrícolas, pozos, carreteras y otras zonas esenciales para producir, procesar y distribuir alimentos han quedado destruidas. Esto, sumado al bloqueo, ha creado una dependencia insostenible de la ayuda humanitaria en Gaza. Rehabilitar los sistemas de producción de alimentos en cuanto sea viable será clave”, añade Pasquier.

Aun así, los graves riesgos de seguridad y los impedimentos burocráticos siguen restringiendo la entrega de alimentos nutritivos suficientes y variados. “Un alto el fuego sigue siendo el primer paso para permitir un aumento seguro y duradero de la entrega de ayuda humanitaria que salva vidas. Sólo un alto el fuego puede proteger a la población palestina en Gaza”, concluye Anguera.

Durante los últimos ocho meses y medio, Acción contra el Hambre ha continuado trabajando en condiciones extremas e inseguras. Nuestra respuesta humanitaria ha incluido actividades de nutrición, distribución de alimentos frescos y secos, comidas calientes, servicios de limpieza, transporte de agua en camiones cisterna, gestión de residuos sólidos y distribución de kits de higiene y refugio. A pesar del recrudecimiento del conflicto, en las últimas semanas, nuestros equipos han construido una cocina que permite entregar comidas calientes a miles de personas desplazadas.

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