El hambre amenaza a millones de personas en el Cuerno de África
32 millones de personas del Cuerno de África necesitan ayuda de forma urgente. Están sufriendo una intensa sequía, la peor de la región en 40 años, seguida de un periodo de inundaciones repentinas que han destruído las escasas cosechas que quedaban. Las familias de Etiopía, Somalia y Kenia se han visto obligadas a cruzar fronteras, exhaustas y desnutridas, en busca de una oportunidad de vida. Han perdido sus medios de subsistencia, sus hogares y, en muchos casos, sus vidas. El año pasado, las condiciones provocaron la muerte de 43.000 somalíes, la mitad de estas personas eran menores de cinco años.
El conflicto también ha impulsado la crisis del hambre. En Somalia, los grupos armados han desplazado a 3,8 millones de personas. En Etiopía, las comunidades aún se están recuperando de una guerra de dos años en el norte del país. Y en toda la región, los conflictos entre comunidades están obligando a la gente a abandonar sus hogares. Las consecuencias económicas del conflicto en Ucrania siguen poniendo los alimentos asequibles fuera del alcance de las familias.
A pesar de la crisis en el Cuerno de África, la financiación de emergencia se ha quedado corta. El 24 de mayo se celebró en Nueva York un acto de la ONU con promesas de contribuciones con el objetivo de recaudar 5000 millones de dólares para la región, que se destinarían a ayuda urgente. Pero en realidad se recaudaron menos de mil millones de dólares, lo que hace que tanto madres como niños y niñas se acuesten cada noche con hambre.
"Cada día, las familias del Cuerno de África se ven sumidas en la abrumadora carga del hambre", declara, el director de Acción contra el Hambre en Kenia, Keith Doyle. Al tiempo que añade que los habitantes de la región se enfrentan a un ciclo continuo de adversidades. "Justo cuando se esfuerzan por recuperarse de una crisis, se enfrentan rápidamente a retos adicionales como sequías prolongadas, patrones climáticos impredecibles, inundaciones, enfermedades transmitidas por vectores y por el agua, y conflictos".
Como líder mundial en la lucha contra el hambre, Acción contra el Hambre insta a la comunidad internacional a que adopte una postura para detener esta crisis. Nuestros equipos están trabajando en Kenia, Somalia y Etiopía para responder a las comunidades necesitadas.
Las sequías prolongadas se han hecho más frecuentes y extremas en los últimos años, dificultando el acceso de las familias al agua potable y a alimentos suficientes.
Kenia
Tras la sequía, la población en Kenia tenía esperanza en las predicciones de lluvia. Pero para algunas personas la alegría duró poco. En algunas de las zonas de Kenia más afectadas por la sequía, las lluvias han traído consigo peligrosas inundaciones. Las casas han quedado destruidas, las infraestructuras se han desmoronado y muchas personas han perdido la vida.
En otros condados, sin embargo, prevalecen las condiciones de sequía, y las comunidades de pastores se han quedado sin su ganado y sus tierras fértiles. Desde el pasado mes de julio, el número de personas que sufren inseguridad alimentaria se ha disparado de 3,5 millones a 4,4 millones de personas, es decir, el 10% de la población del país. Alrededor de 800 000 se encuentran en la fase 4 de la CIF. La CIF es un sistema de clasificación de la ONU que utiliza herramientas y procedimientos analíticos para determinar la gravedad y magnitud de la inseguridad alimentaria y la malnutrición. En junio, la población de Kenia en situación de inseguridad alimentaria podría aumentar en otro millón de personas.
La infancia corre un riesgo especial: casi un millón de menores de cinco años están en situación de desnutrición. No pueden acceder a fuentes adecuadas de alimentos ni a centros sanitarios.
Nuestros equipos están en terreno respondiendo a la emergencia. Dado que muchas personas en Kenia han visto morir a su ganado durante la sequía (más de 2,5 millones de cabezas de ganado), hemos apoyado una iniciativa del Gobierno del país con financiación de la Oficina de Ayuda Humanitaria de Estados Unidos (BHA)- para vacunar al ganado vacuno, caprino y camélido con el fin de protegerlo de futuras enfermedades.
También estamos planificando con antelación la aparición de enfermedades potencialmente mortales. Las inundaciones repentinas han incrementado la amenaza de enfermedades transmitidas por el agua y el cólera, por lo que estamos formando a voluntarios de la comunidad para gestionar las enfermedades y duplicando nuestras respuestas sanitarias en toda la región.
Otra subvención, financiada por la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI), nos ayudará a proporcionar a las comunidades afectadas por las inundaciones artículos de primera necesidad. En Mandera y sus comunidades circundantes, nuestro equipo adoptará un enfoque múltiple. Nos centraremos en iniciativas de agua, higiene y saneamiento (WASH), que incluirán la reparación de pozos para garantizar que toda la población tenga acceso a agua potable. Distribuiremos bidones, kits de higiene y otros artículos no alimentarios. Nuestros equipos se centrarán en la igualdad de género y darán prioridad a las necesidades específicas de las mujeres en todas nuestras respuestas.
Por último, daremos prioridad a una respuesta elevada en materia de salud mental. Nos comprometemos a reconocer y abordar las dificultades a las que se ha enfrentado cada comunidad, y nuestro objetivo es infundir un renovado sentido de esperanza y resiliencia para seguir adelante.
Nuestros equipos llevan casi veinte años sobre el terreno en Kenia. El año pasado ayudamos a casi un millón de personas. Seguiremos garantizando el acceso a la atención sanitaria, suministrando agua limpia y saneamiento, combatiendo la desnutrición, ayudando a agricultores y pastores a reconstruir sus medios de subsistencia y difundiendo información clave sobre salud y nutrición.
Niños de camino a la escuela en Laresoro, Kenia, se detienen a beber y llenar sus botellas. El agua suele estar contaminada con bacterias.
Somalia
El año pasado, decenas de miles de personas murieron en Somalia como consecuencia del hambre. La mayoría de quienes fallecieron eran niños y niñas.
La situación no ha hecho más que empeorar. Hoy 6 millones de personas pasan hambre y solo se ha financiado el 26% del Plan de Respuesta Humanitaria.
Muchos somalíes no tienen un hogar propio. En los próximos seis meses, 1,4 millones tendrán que desplazarse por las inundaciones, la sequía y el conflicto. La afluencia de personas en busca de refugio supondrá una inmensa presión para los campos de personas desplazadas y los países que ya están desbordados por las necesidades existentes. En los campamentos de todo el país, la gente vive en condiciones insalubres y a menudo inseguras. Las enfermedades se propagan rápidamente, los alimentos escasean y la muerte es una realidad omnipresente.
La crisis de Somalia se debe en gran medida al conflicto, que ha impedido a la población de todo el país ocuparse de sus granjas y ganado. Los robos a mano armada y los secuestros también afectan a la región, desmantelando comunidades enteras y obligando a las personas a buscar pasos seguros hacia los campos de desplazados internos. Los conflictos siguen siendo la principal causa de la inseguridad alimentaria en el mundo. El año pasado, más del 85% de los 258 millones de personas que se enfrentaban a niveles de seguridad alimentaria de crisis o peores en 58 países vivían en países afectados por conflictos.
Las inundaciones repentinas también han llegado a Somalia. Las fuertes lluvias han obligado a 400000 personas a desplazarse, y las inundaciones han desencadenado brotes de cólera. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, ya hay más de 4000 casos sospechosos de cólera.
"Las familias se ven obligadas a tomar decisiones muy difíciles para sobrevivir", afirma, el director de Acción contra el hambre en Somalia, Ahmed Khalif
Nuestro equipo en el terreno trabaja para reducir el hambre. Estamos trabajando junto a socios clave en el Consorcio Building Resilient Communities in Somalia (BRCiS) para implementar un programa de asistencia y resiliencia ante la sequía de 10 millones de dólares. El programa está financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Oficina de la Commonwealth y el Desarrollo Exteriores (FCDO) y el Fondo de Qatar para el Desarrollo (QFFD).
En todo el país, seguiremos mejorando el acceso al agua potable, proporcionando vacunas que salvan vidas, gestionando centros de tratamiento del cólera, promoviendo la higiene, apoyando a la población mediante transferencias de efectivo y poniendo en marcha programas agrícolas innovadores. Nuestro equipo lleva en Somalia desde 1992, y sólo el año pasado ayudamos a casi medio millón de personas.
Con las rutas normales al mercado anegadas, los residentes de un pueblo de Somalia utilizan este puente de madera para ir y venir.
Etiopía
Tras las crisis climáticas y económicas y los dos años de guerra en el norte de Etiopía, 20 millones de etíopes necesitaban ayuda humanitaria urgente en 2022. Casi el 75% eran mujeres, niños y niñas, y más de 5 millones son desplazados internos.
La guerra ha terminado, pero las condiciones mejoran muy lentamente. Todavía hay 6 millones de personas que dependen completamente de la ayuda alimentaria.
Etiopía es uno de los países más propensos a la sequía del mundo. Después de tres años y varias estaciones de lluvias fallidas, la gente necesita agua limpia y segura. Las poblaciones más vulnerables dependen por completo de la agricultura. Ahora deben enfrentarse a las cosechas fallidas.
Nuestros equipos llevan ejecutando programas en toda Etiopía desde 1985. Atendemos tanto a personas refugiadas como a desplazados internos. Nuestras prioridades incluyen aumentar el acceso a agua potable y saneamiento, tratar la desnutrición, promover la agricultura, gestionar instalaciones sanitarias críticas, garantizar la protección y enseñar a las comunidades sobre salud y nutrición. El año pasado, nuestro equipo ayudó a más de 2,9 millones de personas.
Madres aprenden de voluntarios de salud comunitaria y personal de Acción contra el Hambre sobre higiene, dietas sanas y mucho más en una demostración de cocina en Kenia.
Necesidad urgente
La alimentación es un derecho humano básico, pero millones de personas en todo el Cuerno de África no saben de dónde obtendrán su próxima comida. En una búsqueda desesperada de alimentos, muchas personas se embarcan en peligrosos viajes con la esperanza de llegar a un centro de salud.
Se prevé que en 2023 más de 345 millones de personas en todo el mundo sufrirán inseguridad alimentaria, pero losprogramas que pueden salvar millones de vidas reciben menos de la mitad de la financiación que necesitan.
El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, insta a actuar de inmediato. La sequía en el Cuerno de África es una consecuencia directa del cambio climático, que hace que los menos responsables paguen el precio más alto. De hecho, los habitantes de Somalia, Kenia y Etiopía contribuyen con menos del 0,1% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
"Los habitantes del Cuerno de África están pagando un precio desorbitado por una crisis climática que no han provocado", afirmó Guterres. "Sin una inyección inmediata e importante de fondos, las operaciones de emergencia se paralizarán y la gente morirá".
Guterres hizo un llamamiento a los donantes de todo el mundo tras visitar la región. "Me inspiraron su resistencia, su valor y su determinación para reconstruir sus vidas", afirmó. "Pero no pueden hacerlo solos. En este momento de dificultad y peligro para la población del Cuerno de África, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Actuemos juntos ahora, con mayor urgencia y mucho más apoyo".