El cólera rebrota en el Líbano después de tres décadas
El Líbano declaró el pasado 6 de octubre un brote de cólera que se está extendiendo rápidamente por el país. Es el primer brote desde 1993.
Según la Organización Mundial de la Salud, el Líbano es el último país afectado por un brote devastador que comenzó en Afganistán en junio de 2022, y que luego se extendió a Pakistán, Irán, Irak y Siria.
Ya son 2.255 los casos sospechosos y confirmados de cólera en el Líbano, especialmente concentrados en la zona rural norteña de Akkar (donde se detectó el primer caso), en el valle de la Becá y Hermel, así como en Zahle y en algunos puntos del sur. Hay 18 personas fallecidas.
El cólera es una infección diarreica aguda que generalmente se propaga a través del agua y los alimentos contaminados por materia fecal debido a la mala gestión de las aguas residuales y las malas prácticas de higiene. Por lo tanto, su propagación está estrechamente relacionada con el acceso inadecuado al agua potable y al saneamiento. Puede tener graves consecuencias para la salud e incluso causar la muerte si no se trata. La diarrea y la deshidratación severas son las peores complicaciones del cólera.
Acción contra el Hambre, una organización humanitaria presente en el Líbano desde 2006, está trabajando para prevenir y contener la propagación de la enfermedad en el Líbano. La organización está distribuyendo soluciones de rehidratación oral para tratar la diarrea severa y la deshidratación. Se han entregado un total de 201 unidades a la población afectada.
El equipo de emergencias de Acción contra el Hambre se ha desplazado al Líbano y se han iniciado campañas de limpieza de tanques de agua a nivel doméstico en los asentamientos informales afectados. La organización está entregando 35 litros de agua potable al día a todas las personas en los campamentos informales de Aarsal y Deir El Ahmar.
La organización también está monitoreando la calidad del agua en los camiones y tanques que distribuyen los proveedores para asegurar que los niveles de cloro son suficientes para eliminar cualquier riesgo potencial de contaminación.
Personal de Acción contra el Hambre desinfectando en asentamientos informales afectados por el brote de cólera en el Líbano. © Lubiana Gosp-Server para Acción contra el Hambre
Camiones de saneamiento están realizando vaciados de emergencia de las fosas sépticas de las letrinas en todos los campamentos informales en Aarsal, Labwe, Qaa, Hermel y Dar el Ahmar, así como en lugares donde hay al menos un caso confirmado.
Hasta el momento, se han distribuido 822 kits de higiene y 788 kits de desinfección en los campamentos afectados en Aarsal, junto con campañas de concienciación sobre el cólera y promoción de la higiene que han llegado a más de 2.000 personas en la Becá y en el sur del Líbano.
Personal de Acción contra el Hambre trabaja en una campaña de sensibilización e higiene sobre el cólera en los asentamientos informales afectados en el Líbano. © Lubiana Gosp-Server para Acción contra el Hambre
Escaso acceso al agua potable y a los servicios de saneamiento en el Líbano
El sector de agua y saneamiento del Líbano nunca se recuperó de la destrucción causada por una guerra civil de 15 años, dos décadas de posconflicto además de la crisis de múltiples niveles. La red de suministro no proporciona suficiente agua potable para el consumo humano, lo que obliga a gran parte de la población a consumir aguas no tratadas y contaminadas.
La gestión de las aguas residuales también es fundamental para mantener bajo control las enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera. Sin embargo, el 92% de las aguas residuales en el Líbano permanece sin tratar y se descargan directamente en el medio ambiente, lo que representa una grave amenaza para la salud pública en el país y aumenta el riesgo de cólera generalizado en el territorio.
Esta falta de acceso a agua potable y saneamiento seguro provoca que los asentamientos informales de tiendas de campaña (ITS, por sus siglas en inglés) cercanos a la frontera siria sean altamente vulnerables a la propagación de enfermedades. Según apunta el coordinador de respuesta de emergencias de Acción contra el Hambre, Iván Álvarez Colomina, quien se encuentra en el terreno, “es muy probable que la situación vaya empeorando por las condiciones en las que se encuentra el país. El Líbano está sumido en una dura crisis económica con una inflación desbocada. Los sistemas de agua y saneamiento no funcionan por el aumento de los costes de la energía y no llegan fondos suficientes para hacer frente a la situación, especialmente en los campos en el valle de la Becá, donde todavía viven alrededor de unas 800.000 personas refugiadas.”
Según un estudio de Acción contra el Hambre realizado en 493 asentamientos informales del área de Baalbek-Hermel, la zona más afectada donde viven más de 19.000 personas, el 80% de los hogares consume agua insalubre. Además, el 57% de los hogares está usando agua con contaminación fecal, y el 20% de los asentamientos reportaron defecación al aire libre debido a la falta de saneamiento adecuado.
