

Al borde del precipicio: la recuperación inesperada de Rashaei
La semana de Nolntulan no ha sido nada fácil. Su hijo de dos años, Rashaei, que es un niño muy alegre, ha pasado los días llorando y las noches sin dormir. Cuando no lloraba, se tumbaba en una alfombra de sisal, con aspecto débil y triste.
Los amigos de Nolntulan le repetían constantemente que Rashaei se recuperaría, pero ella no veía ninguna mejora, ni siquiera después de administrarle analgésicos. Nolntulan, que no quería poner en peligro la salud de su hijo, pidió a los agentes de salud comunitarios que lo examinaran para determinar por qué su estado de salud había empeorado tanto.
Al llegar a la casa de Rashaei, en la aldea de Lenguruma, Patrick Lekirimui, agente de salud comunitario, consultó brevemente a Nolntulan antes de auscultar a su hijo. El acceso a la atención sanitaria formal es un reto importante para los habitantes de Lenguruma y de muchas aldeas del norte de Kenia. Debido al mal estado de las carreteras y a la falta de transporte público, a veces se tarda un día entero en llegar al centro de salud más cercano. En zonas remotas como estas, los agentes de salud comunitarios como Patrick son indispensables. Proporcionan atención sanitaria vital y educación directa a las comunidades desatendidas.

Abel Gichuru para Acción contra el Hambre
Con la ayuda de una cinta métrica para medir el perímetro braquial de las familias, Patrick determinó que Rashaei sufría de desnutrición aguda moderada.
«En las comunidades pastorales del norte de Kenia, los casos de desnutrición aguda son frecuentes debido a varios factores, como las malas prácticas culturales, la falta de diversificación alimentaria, la sequía y una educación nutricional inadecuada», explica Patrick.

Abel Gichuru para Acción contra el Hambre
Patrick le propuso a Nolntulan utilizar su motocicleta, que utiliza para realizar sus visitas comunitarias, para llevar a Rashaei a la clínica cercana a la escuela de Lenguruma, donde le harían un chequeo médico completo y le iniciarían el tratamiento contra la desnutrición aguda. A su llegada al centro cercano, el equipo médico tomó nota de su peso, altura y perímetro braquial, y una enfermera se encargó de realizar un chequeo completo. La clínica cercana cuenta con el apoyo de Acción contra el Hambre.

Abel Gichuru para Acción contra el Hambre
Según Winnie Makena, voluntaria de nutrición de Acción contra el Hambre, las clínicas comunitarias proporcionan servicios esenciales de nutrición y salud a las comunidades vulnerables y remotas. Estas clínicas forman parte de una iniciativa de Acción contra el Hambre destinada a mejorar el acceso a la atención sanitaria, en particular para las madres y los niños pequeños, con el fin de favorecer la detección y el tratamiento precoz de la desnutrición.
«Cuando sospechamos de un caso de desnutrición, el niño pasa por un proceso de triaje en el que tomamos nota de su altura, peso y perímetro braquial para determinar su z-score. El z-score se utiliza para determinar si la desnutrición es moderada o grave. A continuación, nos aseguramos de que el niño no padece otras enfermedades comunes en la región, como la malaria», explica Makena, que estaba presente cuando Rashaei llegó a la clínica comunitaria.
Rashaei fue diagnosticado con desnutrición aguda moderada e inmediatamente se le inscribió en el programa de tratamiento. Recibió suplementos de vitamina A, antiparasitarios y alimentos terapéuticos listos para el consumo. La enfermera y Patrick le explicaron a Nolntulan la importancia estos, y le pidieron que se asegurara de que Rashaei los tomara.
Según Makena, Rashaei sería inscrito en el programa de recuperación, que duraría seis semanas. El agente de salud comunitario lo visitaría cada semana para seguir su evolución y formar a su madre sobre la elección de alimentos y las buenas prácticas nutricionales. Rashaei también debería someterse a un chequeo médico en la clínica local cada dos semanas.
Nolntulan sintió un gran alivio y volvió a sentir optimismo, consciente de que su hijo estaba en camino de recuperarse. «Por suerte hemos venido. Estoy en una nube, porque la enfermera me ha asegurado que se va a curar», dijo en la clínica comunitaria.
Durante seis semanas, Rashaei recibió sus alimentos terapéuticos listos para el consumo y realizó sus revisiones semanales, tal y como se le indicó. Nolntulan se inscribió en el grupo de apoyo entre madres del pueblo, en el que las madres aprenden juntas y comparten sus experiencias sobre la mejor manera de cuidar a sus hijos.

Abel Gichuru para Acción contra el Hambre
Según Patrick, se han creado grupos de apoyo entre madres en todos los pueblos. Estos grupos sensibilizan a las madres sobre la nutrición, en particular sobre los alimentos disponibles a nivel local que ofrecen el mayor valor nutricional, así como sobre las buenas prácticas para mejorar la salud de sus familias.
Hoy, Rashaei ha vuelto a la normalidad: es feliz y tira del collar de su madre cada vez que tiene oportunidad. Acaba de recibir un chequeo médico positivo y se le ha permitido abandonar el programa.
«No tengo palabras para explicar lo que siento al ver a mi hijo tan feliz. Nunca podré agradecer lo suficiente a Acción contra el Hambre. He aprendido mucho sobre cómo cuidar la salud y la nutrición de mi familia», afirma Nolntulan, la madre de Rashaei, tras el último chequeo médico de su hijo, que le ha permitido abandonar el programa.

Abel Gichuru para Acción contra el Hambre
Gerald Mwangi, coordinador de terreno de Acción contra la Hambre en la región, explica que la organización se centra en la detección de la desnutrición en todos los niños de la región, el tratamiento de los casos identificados y la formación de las madres en buenas prácticas de nutrición y salud.
«A través de nuestras clínicas de proximidad y nuestra colaboración con los agentes de salud comunitarios, queremos garantizar la detección y el tratamiento de la desnutrición en todos los niños menores de cinco años. Hay varias aldeas remotas en las que aún no intervenimos, pero esperamos poder hacerlo este año»
Gerald Mwangi, coordinador de terreno de Acción contra la Hambre en Lenguruma
Gerald es optimista, pero esto podría no ser posible, ya que en las zonas remotas del norte de Kenia, como la aldea de Lenguruma, Acción contra el Hambre es la única organización que lucha contra el hambre. Gracias a tu apoyo continuo, podemos seguir prestando ayuda vital a niños desfavorecidos como Rashaei.