

Agua azucarada y silencio: La lucha de una madre por amamantar en el Líbano
Tras dar a luz a su primer hijo, Nour se enfrentó a la carga emocional de la separación de su recién nacido y al desalentador reto de alimentar a su bebé en una situación económica difícil y en medio de desplazamiento.
Nour dio a luz el 18 de agosto de 2024. La niña, que pesaba 3,7 kg, llegó antes de lo esperado y con graves complicaciones de salud. Sufría de pulso débil, dificultad para respirar e inflamación pulmonar, por lo que la niña fue colocada inmediatamente en una incubadora durante 10 días. Durante ese tiempo, las restricciones del hospital impidieron a Nour ver a su hija hasta el quinto día, lo que imposibilitó la lactancia materna y obligó al hospital a suministrarle leche artificial.
Cuando le dieron el alta, los intentos de amamantar al bebé eran infructuosos. El bebé no se agarraba bien al pecho y Nour, que nunca había visto signos de producción de leche, se sentía desanimada. Sólo disponía de un viejo sacaleches manual y no tenía medios económicos para comprar más leche de fórmula.
Todo cambió el 13 de septiembre, cuando el equipo de Acción contra el Hambre, con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), visitó a la familia. Durante la visita, nuestro equipo proporcionó a Nour algunos consejos importantes sobre nutrición y la ayudó a volver a intentar la lactancia materna. Siguiendo las recomendaciones de nuestro equipo, el bebé se agarró bien al pecho y empezó a salir leche: Nour vio leche por primera vez. Abrumada por la alegría y el alivio, recuperó la esperanza.

En aquel momento, la propia Nour tenía problemas. Su perímetro braquial medía 219 mm, lo que indicaba desnutrición, y fue remitida inmediatamente a tratamiento. También recibió asesoramiento personalizado y una sesión de sensibilización sobre técnicas de lactancia y prácticas seguras.
A lo largo de las semanas siguientes, los controles periódicos apoyaron la evolución de Nour. Aunque su producción de leche seguía siendo limitada, estaba decidida a continuar con la lactancia. Las barreras económicas le impedían comprar leche de fórmula y, en un momento dado, recurrió a alimentar al bebé con agua azucarada, una decisión insegura pero desesperada. El equipo sanitario reaccionó rápidamente, informándola de los peligros y animándola a utilizar la extracción manual para estimular la producción de leche. Le proporcionaron tazas esterilizadas y, finalmente, un nuevo sacaleches manual.
El 20 de septiembre, su perseverancia dio frutos. Su producción de leche aumentó significativamente y su bebé empezó a mostrar signos reales de mejoría. Una llamada de seguimiento el 30 de septiembre trajo noticias alentadoras y difíciles a la vez: la familia había sido desplazada por la escalada del conflicto en el sur del Líbano. Sin embargo, en medio de la agitación, nuestro equipo se puso en contacto con Nour y nos confirmó que seguía amamantando exclusivamente a su bebé y que su salud mejoraba día a día.
Semanas más tarde, el 19 de noviembre, otra llamada con Acción contra el Hambre confirmó un hito alentador: Nour seguía con lactancia materna exclusiva y el peso de su bebé no dejaba de aumentar, y todo gracias al proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Lo que comenzó como un inicio desesperado e incierto se había transformado en una poderosa historia de resiliencia materna, recuperación de la salud y el impacto salvador de la intervención humanitaria oportuna.