9 datos sobrecogedores para luchar contra el hambre mundial
Las guerras disparan el hambre, desplazan masivamente a las personas que repentinamente deben abandonar sus hogares y medios de vida. Cuando consiguen llegar a un campo de refugiados dependen de la ayuda humanitaria para sobrevivir porque, sin ella, el hambre mundial sería mucho más devastadora. Estos desplazados muchas veces se hacinan en lugares sin acceso a agua segura y con precarias condiciones de saneamiento e higiene, donde es fácil que se propaguen enfermedades y epidemias. Esta ha sido una de las claves del Informe Global sobre la inseguridad alimentaria aguda, del que extraemos 9 datos para invitar a la reflexión y continuar luchando contra el hambre en el mundo.
Claves del Informe Global de inseguridad alimentaria aguda
Los datos más importantes del Informe Global sobre la inseguridad alimentaria aguda en 2017 son:
- La cifra de desplazados por la violencia se dobló entre 2007 y 2015.
- El 56% de las personas afectadas por conflictos viven en zonas rurales.
- La subida de precios de los alimentos y productos básicos ha prendido la mecha en muchos de los conflictos actuales y provoca que aumente el hambre mundial.
- Los conflictos armados reducen el PIB de un país un 17,5% de media.
- Las personas desplazadas pasan de media más de 17 años en campos o con poblaciones de acogida.
- En 2016, 101 profesionales humanitarios que luchaban contra el hambre perdieron la vida como consecuencia de ataques directos en conflictos.
- Los conflictos más mediáticos acaparan la ayuda de los donantes internacionales, relegando otras crisis al olvido.
- Los conflictos armados seguirán siendo en 2018 el principal motor de la crisis de seguridad alimentaria y aumento del hambre mundial en países como Afganistán, República Democrática del Congo, Nigeria, la región del Lago Chad, Sudán del Sur, Siria y Yemen, así como la zona del Sahel.
- El cambio climático, con un clima extremadamente seco aumentará la inseguridad alimentaria y el hambre mundial en las zonas pastoriles de Somalia, sudeste de Etiopia, y del este de Kenia, así como de África occidental y el Sahel concretamente en Senegal, Chad, Níger, Mali, Mauritania y Burkina Faso.
El hambre mundial como arma de guerra
El uso del hambre como arma de guerra ha existido siempre. El asedio o sitio de ciudades se conoce desde las primeras referencias históricas de conflictos. Precisamente por eso, el mundo debe dotarse de límites claros, reconocibles, acordados y establecer mecanismos para sancionarlos a este tipo actos y buscar la lucha contra el hambre. Además, ya es una realidad que la mayoría de los conflictos son protagonizados no tanto por ejércitos regulares sino por grupos irregulares, incluso civiles armados, con pocos recursos tácticos. Y el hambre es un arma muy barata. La quema de tierras, el robo de ganado, el bloqueo de la ayuda… son tácticas muy accesibles y eso las hace muy atractivas para los actores de conflicto actuales, que cada vez más tienen por objetivo el control de poblaciones civiles desarmadas y de fácil alcance. También lo es para algunos ejércitos.
Dado que uno de los primeros objetivos militares en una guerra son las vías de comunicación, se interrumpe el abastecimiento de poblaciones enteras. Como consecuencia, los campesinos tampoco pueden sacar sus productos a la venta en entornos amenazados por la violencia, lo que provoca que se dispare la inflación.
Aunque en muchos lugares las escuelas funcionan como espacio seguro y lugar de protección, es habitual que los niños dejen de acudir si los caminos para llegar no son seguros. Demasiado a menudo las redes de suministro de agua están entre las primeras infraestructuras atacadas. A veces, son las propias partes en conflicto las que usan escuelas y hospitales con fines militares, convirtiéndolos así en objetivo y haciendo uso de niños y enfermos como escudo humano.
Las guerras provocan hambre
Los conflictos y las guerras provocan hambre, directa e indirectamente, una de las consecuencias inmediatas del estrés post-traumático tras una huida o episodio de violencia es la interrupción de la lactancia materna, condenando así a miles de niños menores de seis meses a la desnutrición. En contextos de guerra, incluso en campos de refugiados, se disparan también los casos de violencia de género o violencia intrafamiliar.
Las organizaciones humanitarias necesitan garantizar la integridad de sus profesionales para asegurar la ayuda para evitar el hambre mundial y promover la lucha contra el hambre. Esto es cada vez más difícil en las guerras modernas, en las que la ayuda no solo es obstaculizada o ralentizada sino que se convierte muchas veces en un objetivo militar directo.