Afghanistan: Peligros Ocultos del Cambio Climático
LA INTENSIDAD DE LAS INUNDACIONES Y SEQUÍAS, LA RÁPIDA DEFORESTACIÓN, LA DEFICIENTE GESTIÓN DEL AGUA Y EL RIESGO DE TERREMOTOS HACEN DEL PAÍS UNO DE LOS LUGARES MÁS VULNERABLES AL CAMBIO CLIMÁTICO, DIFÍCILMENTE PREPARADO PARA MITIGAR SUS CONSECUENCIAS EN LOS PRÓXIMOSAÑOS.
Cuando Afganistán es noticia de primera plana, está relacionado con los eternos conflictos que han plagado al país durante los últimos 40 años. Aunque los enfrentamientos han causado muchas pérdidas, sufrimiento y trastornos, el cambio climático está impactando significativamente en la población. Para un país donde más del 80% de la población depende de alguna manera de la agricultura, los pequeños agricultores, los pastores nómadas y los comerciantes, necesitan buenas temporadas de cultivo y pasto para obtener ingresos y alimentar a sus familias.
Sin duda, la pobreza y el cambio climático están vinculados y se retroalimentan entre sí, creando una viciosa espiral descendente de hambre. La seguridad alimentaria en Afganistán se ha deteriorado constantemente durante los últimos cinco años, con casi 17 millones de personas (el 42% de la población total) que se enfrentarán a altos niveles de inseguridad alimentaria en 2021. Para los más vulnerables, estas cifras significan que casi un niño de cada 2, menores de cinco años, padece desnutrición aguda y requiere un tratamiento que le salve la vida.
LOS DESASTRES NATURALES IMPACTAN DURAMENTE EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
Durante los últimos 30 años, la mayoría de las provincias de Afganistán han sufrido uno o más desastres naturales, dejando a millones de personas sin hogar y campos de cultivo enteros perdidos. Las condiciones climáticas inestables entran en juego con fenómenos como inundaciones y sequías. Ambas tendencias pueden afectar duramente a las mismas áreas durante el mismo año, golpeando a los agricultores y los hogares que dependen de los recursos naturales para sobrevivir. En 2018, el país experimentó una de sus sequías más severas, que provocó desplazamientos masivos e importantes pérdidas de alimentos. Esta historia parece repetirse en 2021, después de un invierno inusualmente corto, seco y cálido.
No es que no llueva. Las fuertes inundaciones ocurrieron en la provincia de Parwan el pasado agosto y dejaron a cientos de hogares destruidos y más de 100 personas fallecidas, entre ellas muchos niños. Las nevadas tardías e inesperadas en las montañas pueden provocar inundaciones masivas cuando las temperaturas suben y la nieve comienza a derretirse, destruyendo cultivos, infraestructuras y todo lo que encuentra a su paso. Como resultado, muchas de las provincias de Afganistán que sufren sequías o un aumento de las inundaciones padecen inseguridad alimentaria crónica.
Para empeorar las cosas, Afganistán se enfrenta a una rápida deforestación: en otro tiempo famoso por sus extensos bosques que cubren más del 50% de sus tierras, hoy la cubierta forestal del país es solo del 2%. Esto dificulta que el agua de lluvia penetre en el suelo y se produzca a una erosión del suelo mayor y más rápida.
ES FUNDAMENTAL IMPULSAR LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA EN ZONAS RURALES
El sector agrícola es vital para la mayoría de los afganos, ya que no solo pone directamente alimentos en la mesa para muchos, sino que también proporciona empleo al 40% de la fuerza laboral total en Afganistán. Acción contra el Hambre está presente en diferentes provincias y trabajamos por una producción agrícola eficiente y sostenible.
“Debido a las bajas precipitaciones y las altas temperaturas, los agricultores no están cultivando sus tierras. En la zona rural de Ghor, donde la gente vive principalmente de la agricultura, somos testigos de una migración masiva a Herat y a otras grandes ciudades en busca de trabajo. La razón principal es el cambio climático”, Rahimullah Mohmand, Jefe de Seguridad Alimentaria y Medios de Vida de Acción contra el Hambre en Afganistán.
"NUESTRA PRINCIPAL MISIÓN ES GENERAR CONFIANZA EN UN MEJOR MAÑANA, LO QUE SIGNIFICA QUE HABRÁ SUFICIENTES CULTIVOS Y ALIMENTOS PARA TODOS".
RAHIMULLAH MOHMAND, JEFE DE SEGURIDAD ALIMENTARIA Y MEDIOS DE VIDA, AFGANISTÁN
Nuestros equipos distribuyen diferentes tipos de semillas de hortalizas para cultivos domésticos, como tomates, berenjenas, okra y calabazas, entre las comunidades rurales de las provincias de Daykundi y Ghor para mantener la producción local. Luego, las familias pueden sembrar las semillas o guardar algunas para la próxima temporada. En cuanto a los ganaderos, a menudo se ven obligados a vender su ganado, a veces a precios exiguos, debido a la falta de forraje. Les proporcionamos alimento para el ganado para asegurar sus ingresos y mantener viva la tradición de la cría de ganado. Una gran mayoría de hogares rurales en Afganistán crían aves de corral para la producción de huevos o carne. Apoyamos a los agricultores pobres y desfavorecidos proporcionándoles aves de corral y construyendo nuevos gallineros.
Muchas comunidades que viven en las montañas se encuentran aisladas del mundo durante los inviernos. Los desastres climáticos ejercen una presión aún mayor sobre las deficientes infraestructuras en estas áreas. Pueden limitar aún más el acceso a los mercados y a estas aldeas de los servicios esenciales y la asistencia alimentaria vital. Para prevenir la inseguridad alimentaria y la desnutrición durante el invierno, desde Acción contra el Hambre trabajamos con los agricultores para levantar construcciones para almacenar su producción agrícola. En el distrito de Dulina de la provincia de Ghor, capacitamos a varios hogares para construir estas estructuras de almacenamiento con materiales locales y se les enseñó sobre el control del sistema de humedad y temperatura durante los inviernos. Esta es una solución asequible para muchas familias rurales, que les permite contar con suficiente comida para los meses venideros y semillas para sembrar en primavera.
EXPLORAR SOLUCIONES PARA UN ACCESO MEJOR E IGUALDAD A LOS RECURSOS HÍDRICOS
En las últimas décadas, el promedio de lluvias y nevadas ha disminuido considerablemente, lo que tendrá un impacto de gran alcance en las comunidades y, por extensión, en la seguridad alimentaria. Hoy, un invierno relativamente más cálido, con nevadas reducidas ya envía señales tempranas de sequía. Esta tendencia puede dar un giro dramático para las tierras irrigables que dependen de la escorrentía del deshielo en el período de primavera y verano. También significa menos agua para el ciclo de cultivo de trigo de invierno y una reducción en la producción de pastizales, lo que afecta negativamente al ganado.
El acceso al agua potable es muy limitado en Afganistán y todavía se encuentra entre los más bajos del mundo. Según estimaciones recientes, el 73% de la población rural de Afganistán no tiene acceso a agua potable para el consumo y solo el 27% tiene acceso a instalaciones de saneamiento y servicios de higiene. Esta situación también contribuye a la propagación de diarrea, enfermedades y ahora el virus COVID-19, lo que lleva a una mayor desnutrición, especialmente entre los niños pequeños.
Para revertir las tendencias negativas del cambio climático y apoyar a la población rural, en Acción contra el Hambre exploramos diferentes enfoques de uso y almacenamiento de recursos naturales, como la nieve, durante los inviernos severos. Este método ayuda a mejorar el acceso a los recursos hídricos y asegura su disponibilidad continua. Nuestros equipos proporcionan materiales de construcción y experiencia técnica para rehabilitar la infraestructura del agua en áreas rurales y de difícil acceso, como carreteras, canales de riego y puentes.
En Afganistán, 85.000 niños mueren cada año (USAID) por falta de agua potable o enfermedades causadas por la mala calidad del agua. Estas muertes se pueden prevenir si las personas tienen acceso a servicios esenciales e infraestructura adecuada. Además de la actual crisis de inseguridad alimentaria, la exposición de Afganistán a los desastres naturales es la más alta del mundo. La degradación ambiental puede causar daños económicos considerables, afectando la agricultura local y, como resultado, la seguridad alimentaria de comunidades enteras. Una trampa en la que pueden caer un gran número de afganos si no se toman medidas de mitigación.